Los años pesan en el “Happy Slam”
El Grand Slam australiano es considerado el más “amable” de los cuatro, y Melbourne le muestra su mejor perfil. Mientras, en cancha, la experiencia se traduce en buenos resultados.
Mientras las principales raquetas del mundo muestran su mejor tenis en el Open de Australia, primer Grand Slam de la temporada, Melbourne ofrece su faceta más brillante a los miles de espectadores que acuden a ver a las superestrellas del tenis.
Por algo lo llaman el “Happy Slam”, un rótulo surgido de la mezcla entre el carisma que le otorga la gente al Abierto y la posibilidad de que los competidores abandonen el aislamiento y se los encuentre en la playa paseando por el parque o pasando el rato en un café, cuando la competencia no los tiene comprometidos. Este “clima” del torneo hace que sea considerado el “más amable” de los cuatro grandes. En ese contexto, la simpatía se acaba cuando los rivales salen a la cancha, porque ganar un Grand Slam está en los sueños de todos.
De hecho, Andy Murray se encargó de despachar a una de las promesas del tenis, el ruso Andrey Rublev, por un claro 6/3, 6/0 y 6/2. El escocés fue demasiado para el chico de 19 años, aunque se tomó el tiempo de elogiarlo. “Es impresionante. Este año creo que será el de su despegue”, comentó.
Otro experimentado, el estadounidense Sam Querrey, será el rival de Murray luego de eliminar a otro “adolescente”: la joven esperanza australiana de padre uruguayo y madre española, Alex de Miñaur, de 17 años, a quien superó por 7/6 (7-5), 6/0 y 6/1.
Por su parte, Roger Federer, a los 35, estiró su registro a 18 Open de Australia sin perder antes de tercera ronda. Su víctima fue el estadounidense Noah Rubin (20 años) por 7/5, 6/3 y 7/6. Tras una inactividad de seis meses, Roger irá reencontrando su tenis con el correr de los partidos. Su próximo rival es peligroso: el checo Tomas Berdych (10°).
La sorpresa la dio el británico Daniel Evans, al eliminar al croata Marin Cilic (7°) por 3/6, 7/5, 6/3 y 6/3; mientras que la desilusión fue para el público local al despedirse Nick Kyrgios, superado por el italiano Andreas Seppi. Los australianos no tienen un campeón local desde 1976.
En el horizonte también asoma Kei Nishikori (5°); el suizo Stan Wawrinka; y Jo-Wilfried Tsonga.
En Damas, Angelique Kerber sonrió y agitó los brazos como una directora de orquesta, mientras el público en la Arena Rod Laver le cantaba “Feliz Cumpleaños”. Minutos antes su ánimo era menos festivo. Kerber, que cumplió 29, se impuso por 6/2, 6/7, 6/2 a su compatriota Carina Witthoeft. “Siempre juego en mi cumpleaños, siempre en Australia”, dijo.
Y Venus Williams demostró que a los 36 tiene todavía el vigor suficiente para sortear las primeras rondas de un Major. Siete veces campeona de torneos del Grand Slam, jugó su primer major en el Abierto de Francia de 1997. Desde entonces, acumula 73 participaciones en las grandes citas.
Algo similar ocurre con la rusa Svetlana Kuznetsova (31 años), que en tercera ronda se cruzará con otra mayor de 30, la serbia Jelena Jankovic. La experiencia vale en el Open de Australia, y mientras, hay “Happy Slam”.