Daffunchio, el enviado especial
Germán Daffunchio volvió muy satisfecho de Cosquín Rock México, donde Las Pelotas, el grupo que lidera, fue tratado con honores.
El cantante de Las Pelotas cuenta el impacto de la banda en México.
Una experiencia altamente positiva. Esa es la frase que elige Germán Daffunchio para definir la primera visita de Las Pelotas a México en casi 30 años de historia. Una gira que incluyó un show en la Ciudad de México (CDMX) y, claro, la primera edición del Cosquín Rock en ese país, más precisamente en el Parque Trasloma de Guadalajara, que terminó quedando chico, con casi 25 mil personas vibrando con bandas argentinas y, por supuesto, mejicanas, varias de las cuales también formarán parte de la clásica edición nuestra que empieza el sábado.
“Fue increíblemente hermoso. Volvimos gratamente sorprendidos. Gran apoyo de los músicos argentinos y mejicanos, y mucho respeto a la historia de la banda”, describe un entusiasmado Daffunchio, ya arribado al país, y a Córdoba. Es que, como es costumbre, la cara más visible de la banda insignia –que siempre estuvo presente en el festival creado por José Palazzo y Héctor “Perro” Emaides– pasará unos días antes en las sierras que tanto conoce.
Pero volvamos a México. Ade- más del mencionado festival, el periplo de Las Pelotas incluyó un show en la Carpa Astros de la monstruosa CDMX. “Fue una fiesta. Tocamos junto a Guasones, que también iban por primera vez a México. Me sorprendió como conocían nuestros temas, y a ellos les pasó lo mismo. Era un público muy cálido, muy copado. Y ojo que no había muchos argentinos. De hecho vamos a volver en junio para el Machaca Fest”, cuenta Daffunchio sobre el evento que se realiza en Monterrey. –¿Qué les llamó la atención sobre el Cosquín Rock de allá?
–Es otro país, otra cultura y nunca sabés con lo que te vas a encontrar. Y nosotros no hacemos una música que llamemos comercial. Además, yo estoy un poco alejado del show business y todo eso. El público en general es gente con muy buena energía. También los medios, el ambiente. Un respeto total, absoluto.
Una de las características que siempre se le ponderó a Cosquín Rock, y que tal vez ha perdido en los últimos años, es la camaradería que se generaba entre los músicos abajo del escenario y que tantas veces terminó reflejándose arriba, con juntadas inesperadas. Según Daffunchio, esto volvió a suceder en Guadalajara. “Tuvo esta cosa del Cosquín de Córdoba de antes, con mucho backstage, todos juntos. Últimamente, en los festivales es todo muy frío. No hay tiempo para interactuar, cada uno llega y se mete en una casilla. En este caso fue muy lindo ese encuentro, sobre todo con los grupos argentinos. Era muy loco
encontrarse en otro país todos juntos. Me salió un poco la argentinidad”, reconoce entre risas. –¿Cómo fue la interacción con los grupos de allá?
–Por ejemplo, el cantante de Machingón estaba muy emocionando y le regaló una de las máscaras que usa a Gustavo (Jove, baterista). Después subió a cantar con nosotros en el final del show
(El ojo blindado) y yo hice lo propio con Panteón Rococó. La historia es que antes de ir para allá me escribió el cantante porque querían hacer una versión de Banderitas y globos, de Sumo. Me pasó la música, yo grabé las voces en el estudio en Córdoba y se las mandé. Ahora va a estar en el nuevo disco de la banda y por supuesto que la cantamos en vivo. –Tienen asistencia perfecta en Cosquín Rock y ahora también en el de México. ¿Alguna vez pensaron en no participar?
–Nunca nos cuestionamos no estar en Cosquín. Lo apoyamos mucho por esto de que se hace en el centro del país y que pueden venir todos los pibes de todas las provincias aledañas. En Buenos Aires no sucede y para mí eso no tiene precio. Además, en el fondo yo sé que Palazzo nos tiene como cábala. Como para darte un detalle al respecto: terminó el festival en Guadalajara y se largó a llover a cántaros, y durante los shows no hubo ni un trueno.
–A Cosquín viene Pettinato con su propia versión del legado de Sumo. ¿Algo para decir?
–Si es feliz así, que lo haga. A Sumo cada uno lo vivió como pudo y lo tiene dentro de su sangre. No lo voy juzgar a Roberto. Que lo haga, que se divierta y que la pase bien. No he visto el show, ni sé cómo le fue. El está en su salsa y nosotros en la nuestra. Hace rato que no hablo con él. Me comentó que lo iba a hacer, le deseé suerte y nada más. Que lo disfrute y si es feliz así, que lo haga. ¿Quién le puede decir algo?