El delicado y adictivo alerta del WhatsApp
LOS TELéFONOS MóVILES HAN SECUESTRADO A LAS PERSONAS. EL PROBLEMA ES QUE TAMBIéN PASA EN EL TRáNSITO VEHICULAR.
El impulso de ver el video que nos acaba de llegar por WhatsApp parece más fuerte que el instinto de supervivencia.
No importa si vamos en una avenida atestada de vehículos (algo habitual en una ciudad como Córdoba), el reflejo de Pavlov inducido por el alerta de un mensaje de texto nos genera una necesidad de leerlo similar a la reacción que tenían ante el sonido de un metrónomo los perros del experimento del fisiólogo y neurólogo ruso.
El año pasado, durante una conferencia en Madrid, el excampeón mundial de ajedrez Garri Kasparov dijo que las computadoras habían secuestrado a nuestros jóvenes. Doble aclaración: las computadoras y los teléfonos móviles. Y no sólo a los jóvenes.
Los móviles han abducido a las personas.
Es un problema de comunicación cuando una familia se sienta a la mesa y todos comen mirando las pantallas de sus smartphones. Pero es un problema más serio cuando las personas hablan y manejan al mismo tiempo. O mandan mensajes con una mano y sostienen el volante con la otra.
De eso se trata la apuesta de nuestra edición de hoy, desplegada en las páginas 3 y 4 de Primer plano.
En la ciudad de Córdoba, conducir y hablar por celular es la segunda infracción más frecuente.
Esto ocurre desde hace, al menos, cinco años. Recién el año pasado, con la sanción del nuevo Código de Convivencia Ciudadana, se pudo describir con claridad esta falta.
Anteriormente, la normativa mezclaba auriculares con el sistema de manos libres y hasta incluía el GPS. En el nuevo esquema legal, está contemplada la infracción de hablar y manejar al mismo tiempo, pero también la de enviar o leer mensajes de texto.
Por eso, las cifras se incrementaron en 2016 en relación con el año anterior. Y otro dato: hay siniestros de tránsito que sólo se explican si alguien venía en auto distraído con el teléfono.