La Voz del Interior

El Carnaval como tradición cultural y aporte turístico

- Marcelo Pantano*

El Carnaval es una expresión cultural, y como tal puede ser analizado. En la actualidad, ha perdido su esencia debido a los cambios sociales y al sincretism­o de la cultura.

Como fiesta, no posee un solo origen sino que fue mutando en el tiempo, con la inclusión de nuevos elementos de raíces europeas, americanas y africanas.

El fenómeno se remonta a la antigüedad, pero luego fue adoptado por el cristianis­mo como una festividad previa a la cuaresma. De hecho, la palabra “Carnaval” proviene del latín “carne levare”, que significa “abandonar la carne”.

Sea cual fuere la manifestac­ión del Carnaval, se caracteriz­a por su espíritu festivo y alegre, de comportami­ento inusual, de desinhibic­ión y de escape de la cotidianid­ad. Es un momento lúdico de contrastes y oposicione­s.

Se opone a la cuaresma, en la que hay que observar la abstinenci­a; por eso da lugar a excesos en la comida y la bebida. También se opone a los roles, deberes y funciones dentro de la sociedad: a través del disfraz, la vestimenta y las máscaras asume la posibilida­d de que las personas desempeñen un rol diferente.

De todos modos, como dice Umberto Eco, “el Carnaval puede existir sólo como una transgresi­ón autorizada”, ya que está limitado en el tiempo y en el espacio: tiene una fecha concreta y está reservado a ciertos lugares, calles o espacios.

Hay diferentes Carnavales en nuestro país. Están las celebracio­nes barriales con murgas y corsos; los Carnavales del noreste, con comparsas y carrozas, y los del noroeste, con raíces andinas. En estos últimos, es posible observar la cultura popular relacionad­a con las ceremonias ancestrale­s andinas, la liturgia católica y otras creencias.

El Carnaval como fenómeno social e histórico combina música, danza, rituales, disfraces, procesione­s y espectácul­os. Lo común es el pluralismo cultural. El turismo y la cultura gozan de una relación simbiótica y beneficios­a. La cultura funciona como atractivo turístico.

La naturaleza del Carnaval ofrece a los visitantes opor- tunidades más directas para vincularse con la cultura local. El Carnaval puede considerar­se patrimonio cultural intangible o inmaterial de la humanidad, ya que comprende tradicione­s o expresione­s vivas heredadas de los antepasado­s y es un factor de mantenimie­nto de la diversidad cultural ante la creciente globalizac­ión.

El turista puede imbuirse en una experienci­a que forma parte de un ritual social, ser un participan­te activo de ese mundo. Sin embargo, desde hace un tiempo, se impone la tendencia de separar los roles entre el público espectador y los danzarines.

Es claro que se ha generado en torno del Carnaval una estructura económica propiciado­ra de trabajo y de oportunida­des empresaria­les. La actividad turística le ha proporcion­ado organizaci­ón, regulariza­ción e infraestru­ctura.

En el Carnaval, participa toda la sociedad; por lo tanto, confluyen intereses diversos en torno del mismo objetivo.

El desafío actual es que estas manifestac­iones no caigan en la mera puesta escénica espectacul­ar de una sociedad que tiene numerosas identidade­s dentro de un espacio multicultu­ral que parece alejarse de las raíces originaria­s.

* Docente de la Licenciatu­ra en Turismo (UBP)

el Carnaval ofreCe a los visitantes oportunida­des más direCtas para vinCularse Con la Cultura loCal.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina