Una suma de indicios en un caso complejo
El principal problema de la fiscal Mercedes Balestrini y de sus pesquisas judiciales es: nadie vio a Hugo Salas asesinando a Carina. Tampoco fue visto caminando por el arroyo en aquellas horas.
La fiscal se rodeó de investigadores de Policía Judicial y de un técnico (autodenominado “revelador táctico”) y logró hilvanar la causa basándose en la suma de numerosos indicios.
Los indicios son pruebas independientes que, tomadas en conjunto, permiten inferir lo que sucedió y acusar a una persona.
GPS. Existirían serias contradicciones entre los dichos de Salas sobre la desaparición de Carina y lo que en realidad él hizo en aquellas horas. Inexplicablemente, Salas tenía el botón antipánico de la mujer, pese a que este era un dispositivo del que ella no se despegaba nunca. Carina tenía ese aparato tras haber denunciado a su expareja, Daniel Baretta, actualmente ya desinvolucrado del caso. Así las cosas, el GPS del botón antipánico complica a Salas.
Billetera. En la casa del detenido, tras un allanamiento, se halló otro elemento personal de la fisioterapeuta: la billetera. El hombre nunca se la había entregado a la Justicia.
Calmantes. En un vehículo de Salas, se hallaron ansiolíticos muy similares a los que se encontraron en el estómago de la mujer asesinada.
Confundir. La fiscal Balestrini cree que Salas, incluso, habría querido confundir y desviar la investigación posterior, como, por caso, contratando a un excomisario como investigador privado. ¿Filmación? Trascendió de fuentes oficiales que la fiscal habría obtenido una filmación relevante en la que se vería a Hugo Salas en un sitio comprometedor. Por otro lado, la fiscal se valió de testimonios de allegados a la mujer muerta.