Matar con el hijo
Un hombre y su hijo fueron hallados culpables por el brutal crimen, a tiros, de un vecino durante una pelea en Hernando. En Córdoba, hay dos madres en el banquillo por sendos homicidios, junto a sus hijos. En un caso, la víctima fue fusilada; en otro, deg
Un nuevo costado de la violencia urbana llega a los tribunales de Córdoba. Violentos crímenes en los cuales están involucrados jóvenes y sus propios padres. En Río Tercero y Villa María ya hubo condenas. En Capital, dos madres y sus hijos llegan al banquillo.
La violencia urbana, un dramático fenómeno social en expansión en los últimos años, no deja de causar estragos en Córdoba. Peleas, cruces, represalias, venganzas, originadas todas por meras discusiones no resueltas, van creciendo en intensidad y terminan con víctimas asesinadas, cuando no heridas. En esas disputas, las armas de fuego tienen casi siempre un papel trascendental.
Por estos días, en distintos tribunales cordobeses se refleja un nuevo aspecto de esa violencia urbana: crímenes brutales en los que están involucrados jóvenes y sus respectivos padres, como autores y cómplices o viceversa.
En la Cámara 7ª del Crimen de Córdoba llega a su fin un juicio contra una mujer y sus dos hijos adolescentes por el asesinato de otro muchacho, quien fue ultimado de un balazo en la cabeza y rematado a patadas en la sien. Sucedió durante una pelea callejera en Alta Gracia, en 2015.
La mujer, puntualmente, está presa (desde entonces) y señalada de haber supuestamente facilitado un revólver para que uno de sus hijos ejecute al rival.
Como si fuera poco, otra mujer comenzará a ser juzgada en breve en los tribunales cordobeses acusada de haber asesinado, junto a uno de sus hijos, a un vecino en la ciudad de Río Segundo, en 2015. La víctima fue degollada y sufrió el robo de varias pertenencias.
De forma paralela, en los tribunales de Río Tercero culminó días atrás otro juicio por el asesinato de un vecino de Hernando, quien fue ejecutado de un escopetazo en el marco de una pelea callejera.
Los jueces terminaron culpando como autor del homicidio a un joven de 17 años (por su edad se giró su situación al fuero de Menores) y, además, condenaron a la pena de 11 años a su propio padre como cómplice del hecho. “Tomá el revólver”
Se llama Carmen Liliana S., tiene 57 años y permanece presa en la Cárcel de Mujeres, en el complejo penitenciario de Bouwer.
Desde la semana pasada, Carmen es juzgada en la Cámara 7ª del Crimen de Córdoba acusada de haber tenido un rol determinante en el crimen de Ezequiel Te- jada (18). El muchacho fue muerto de un balazo durante una pelea en Alta Gracia, en enero de 2015.
Tejada fue ejecutado de un balazo de revólver por Gonzalo Leonel S., quien tenía 16 años.
Según la acusación del fiscal Marcelo Altamirano, Gonzalo recibió el arma de su propia madre para que mate a su rival.
El menor ya admitió el crimen, pero dijo que fue un accidente.
Ayer, el fiscal Altamirano pidió 10 años de cárcel para Carmen, al tiempo que requirió que el jovencito sea declarado culpable y, en caso de condena, se gire todo a un juez de Menores.
En paralelo, el fiscal pidió siete años y medio de cárcel para otro hijo de Carmen y hermano del principal acusado (Jonathan S., de 20 años), ya que está sindicado como partícipe del homicidio.
Sucede que mientras la víctima agonizaba con un balazo, él le habría dado patadas en la cabeza. Otra madre en las malas En pocos días, en la misma Cámara 7ª comenzará a ser juzgada otra mujer y uno de sus hijos, también por homicidio.
La víctima fue Oscar Villarruel, un carnicero de 35 años que fue maniatado de pies y manos y degollado en su casa de Río Segundo, el 15 de abril de 2015.
La investigación determinó que fue asesinado por conocidos con quienes había estado bebiendo y que, una vez muerto, le robaron dinero y un celular.
Hay dos acusados centrales. Por un lado, Maximiliano Altamirano (28), señalado de ser el supuesto autor material del crimen. Por el otro, su madre: Claudia Marcela Gordillo (45), acusada de haberlo ayudado en todo el plan.
Ambos responderán por homicidio en ocasión de robo.
Hay un tercer acusado: Oscar Miranda, expareja de la mujer, quien habría tratado de ayudarlos a escapar a ella y a su hijastro. Responderá por encubrimiento. A la cárcel Con una condena de 11 años de cárcel terminó Jesús José Tissera (40) quien, junto a un hijo adolescente, ejecutó de un escopetazo a su vecino y rival Miguel Tisera (38) en una calle de la localidad de Hernando, en 2015. No hay parentesco entre víctima y victimarios.
Un hijo del padre homicida fue declarado coautor del asesinato pero, como tenía 17 años cuando pasó todo, se giró todo a un juez de Menores para que fije condena.
Aquella ejecución a tiros habría tenido como trasfondo una violenta pelea por venta de drogas.