El camino de Shyamalan
Se viene una nueva película del director que se hizo famoso por “Sexto sentido”. El estreno vale como excusa perfecta para revisar sus títulos.
El director indio Night M. Shyamalan fue, es y será, por siempre, el director de Sexto sentido ,un filme que ya se ubica en la categoría de clásico y que marcó un antes y un después por el impacto que provocaron la historia y su modo de narrar.
Pero, como ocurre con estos rápidos ascensos, y probablemente también ayudado por su obsesión por las vueltas de tuerca y los remates en los guiones, poco duraron los elogios a sus auspiciosos pasos, y pronto la crueldad de Hollywood se haría notar.
Con el correr de algunos títulos, Shyamalan pasó de genio del terror en pantalla grande a ser considerado un hindú pretencioso, un megalómano con discursos new age filmando cada vez peor e imponiendo temáticas ridículas y conclusiones bochornosas.
Estas frustraciones, sin embargo, son producto de lecturas lineales y vagas, concatenaciones lógicas que durante un primer visionado hacen ruido. Porque en Shyamalan lo simbólico opera con fuerza inusitada; cada detalle depositado en el guion cambia de color con el correr de la trama, lo que otorga una paleta cromática exquisita para multiplicar el sentido.
Durante un buen tiempo, Shyamalan quedó estigmatizado como falsa promesa, creador de un éxito aislado y azaroso. Por cada estreno, la crítica se ensañó escribiendo epitafios. Y si bien es cierto que algunas obras son discutibles, sobre todo aquellas situadas en la mitad de su filmografía, el mapa estético y conceptual del director resiste la esterilidad.
El estreno de Fragmentado, en la que promete volver al terror psicológico apenas un par de años después de Los visitantes, la película de los abuelitos más terroríficos de la historia, demuestra que Shyamalan está en forma y se convierte en la mejor excusa para revisar la filmografía de un cineasta único.