LA ALDEA (2004)
Enorme película de Shyamalan que necesita reposo para valorarse debidamente. De hecho, como alegoría al proteccionismo neurótico de los estadounidenses, es brillante, una crítica demoledora para una cultura que inventa sus propios monstruos. Esta vez, los errores de las viejas generaciones son contrarrestados por la nobleza virginal de los jóvenes. Es interesante cómo se resalta un patrón de los personajes de Shyamalan: esa entrega ética que los anima a superar miedos profundos. El arte y la fotografía son majestuosos.