La Voz del Interior

Apartan al comisario de Carlos Paz tras el crimen del joven

El jefe de la Departamen­tal Punilla fue separado por un sumario interno. El agente que mató al motociclis­ta quedó en Bouwer. Capacitaci­ón policial, en debate.

- Claudio Gleser cgleser@lavozdelin­terior.com.ar

Mientras el agente que ayer mató de un tiro a un motociclis­ta desarmado, en Villa Carlos Paz, fue llevado a la Cárcel de Bouwer imputado por graves cargos, el jefe de la Departamen­tal Punilla de Policía fue apartado de su cargo. El comisario Ángel Costero fue “licenciado” por orden del Ejecutivo y de la Policía, mientras se sustancia un sumario interno.

Días atrás, el subjefe de esa unidad policial ya había sido se- parado por irregulari­dades en el manejo de recursos.

El agente que mató de un disparo al joven Franco Amaya, en el marco de un control callejero, se había recibido de policía tras una capacitaci­ón de nueve meses.

Trascendió que antes fue soldado voluntario y había sido dado de baja por supuesto mal desempeño.

El caso puso en debate otra vez la capacitaci­ón que reciben los jóvenes que se vuelven policías. Para el Gobierno, la preparació­n es suficiente.

Rodrigo Maximilian­o Velardo Busto tiene 25 años y tras haber sido dado de baja por inconducta del Ejército, como soldado voluntario, se ganaba la vida en la actualidad como agente de la Policía de Córdoba.

El muchacho se había convertido en suboficial de policía luego de una preparació­n de nueve meses, tras los cuales recibió una pistola 9 milímetros, una credencial, su uniforme y borceguíes.

Busto salió a trabajar como policía el 26 de julio de 2016, como parte de la camada 217 de la Escuela de Suboficial­es General Manuel Belgrano. Aquel día egresaron otros 1.499 efectivos.

Desde ayer a la madrugada, está preso en la Cárcel de Bouwer tras haber ultimado de un balazo a un joven desarmado que iba en moto y que, por causas no claras, no se detuvo en un puesto de control en Villa Carlos Paz.

El disparo del policía le habría dado en el tórax y lo atravesó.

La víctima fatal fue Franco Enrique Amaya, un muchacho de 18 años que vivía en Carlos Paz.

Iba con su primo, quien sobrevivió y hoy es testigo clave del caso.

El agente Rodrigo Busto quedó imputado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por su condición de policía.

Dicho a las claras: está acusado de haber cometido “gatillo fácil”.

La fiscal Jorgelina Gómez, quien investiga el drama, indicó que la pena para ese delito, en caso de condena, es la perpetua.

En paralelo, la funcionari­a imputó al compañero del exsoldado y hoy policía, quien también se encontraba en el puesto de control callejero.

Se trata del oficial ayudante José Ezequiel Villagra (23), quien quedó imputado por incumplimi­ento de los deberes de funcionari­o público. Por ahora, permanece en libertad.

¿De qué se lo acusa? De no haber ayudado, supuestame­nte, a la víctima de forma veloz mientras agonizaba en el piso.

De hecho, pese a ser el encargado del operativo y superior del otro policía, no llamó a la ambulancia. Incluso, según se sospecha, se habría tomado el tiempo de sacarle fotos al herido con su celular. La fiscal, además de incautarle las armas a ambos, les secuestró sus teléfonos.

El drama ocurrido ayer en Villa Carlos Paz, que se agrega a una extensa serie de graves episodios protagoniz­ados por policías en los últimos tiempos en Córdoba, siembra dudas sobre la capacidad y la preparació­n de muchos de los uniformado­s. Por caso, a fines de enero, un joven desarmado terminó con un balazo en la mandíbula, y se salvó de milagro, tras ser baleado por un policía durante una persecució­n a una 4x4.

Preparació­n, en debate

De forma extraofici­al, diversas altas autoridade­s de la propia Policía, como de los órganos de control de la fuerza, reconocier­on a La Voz su preocupaci­ón por lo que consideran una “mala” o “deficiente” preparació­n de muchos de los nuevos uniformado­s.

En 2016, 39 policías fueron cesanteado­s (echados) por mal desempeño, mientras que unos 200 terminaron en pasiva.

Se logra ser policía de dos maneras: haciendo la carrera de oficial (dura tres años) o bien la de suboficial (nueve meses). Sólo los oficiales llegan a jefes.

“Estamos teniendo serios problemas con varios suboficial­es por hechos de todo tipo, ya sea robos, abusos, disparos... Pero no sólo con los últimos egresados”, dijo una alta fuente con acceso a los sumarios. “También tenemos problemas con los oficiales, que han hecho carreras más extensas”, añadió otro alto informante. “Estudiarán más” Diego Hak, secretario de Seguridad de Córdoba, negó que haya problemas con las nuevas camadas de policías e indicó que los incidentes son menores respecto de los aciertos, aunque indicó que la capacitaci­ón ahora durará más.

“Esta nueva gestión del Ejecutivo dispuso que los futuros suboficial­es estudien nueve meses en la Escuela y tengan tres meses de capacitaci­ón en las calles, antes de salir a trabajar”, dijo Hak, quien añadió: “De todas formas, los estándares mundiales destacan que nueves meses son suficiente­s”.

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