La Voz del Interior

El hombre de los ojos de hielo

- Edgardo Moreno

Visita para Sierra Golf. Si un cordobés inquieto quisiera conocer en la mejor de las fuentes la estrategia política que elabora el Gobierno de Córdoba para enfrentar el próximo desafío electoral, será recibido en la guardia policial del Centro Cívico con esa consigna. Enunciada por el oficial de turno con lenguaje entre aeronáutic­o y castrense, pidiendo la autorizaci­ón de ingreso para el curioso que desea acercarse a la oficina del gobernador.

Dicen quienes acceden a esa cercanía que los funcionari­os de Juan Schiaretti aluden al presidente Mauricio Macri con un apelativo que denota menos una ironía que un afectuoso respeto: el hombre de los ojos de hielo.

El gobernador está convencido de que Macri visitará asiduament­e Córdoba durante la campaña. Acaso porque, más allá de los resultados, espera encontrar aquí el tono al que aspira para la competenci­a electoral. Sin agresiones, con disputa racional de los argumentos.

El cálculo del oficialism­o cordobés no obedece a la mera intuición. Hay una lectura que surge de las últimos sondeos de opinión, pero sobre todo de la evolución de las variables centrales de la economía. Cerca de Schiaretti estiman que el macrismo hará campaña con dos ejes centrales: la baja de la inflación y el contraste con Cristina.

Al primero de esos objetivos, el Presidente buscará conseguirl­o con la caja de herramient­as que propone el Banco Central: tasas altas, dinámica contractiv­a. Como si el propósito de reactivar por la vía de la obra pública que albergaba para el segundo semestre del año pasado estuviese reconocien­do la gravosa morosidad que implica depender de los expediente­s.

Ese impulso no llegó a tiempo. Ha sido objeto de críticas y disputas internas en la Casa Rosada. De hecho, el cargo de secretario de Obras Públicas que ocupó hasta enero Daniel Chain continúa sin ser cubierto. Por eso el equipo de ministros del Presidente busca alternativ­as como la motorizaci­ón del crédito para la vivienda, aunque con cláusulas de indexación, porque confía en que la inflación retomará la tendencia a la baja con la que concluyó 2016.

La Provincia largó su plan de obras por cuenta propia. Y mientras aguarda que la Nación arranque, Schiaretti bajó la instrucció­n de aprovechar la oferta de crédito externo que se abrió tras el final del default. El segundo eje, la polarizaJo­sé ción con el kirchneris­mo, es una coincidenc­ia objetiva del macrismo con el peronismo cordobés. La actual campaña publicitar­ia del Gobierno provincial todavía hace hincapié en la discrimina­ción a la que Córdoba fue sometida por Cristina.

Pero, además, Unión por Córdoba avanzó en la reincorpor­ación de la dirigencia huérfana del extinto Frente para la Victoria. Eso explica que la inquietud de los movimiento­s piqueteros se reduzca a las manifestac­iones del Polo Obrero, que las expresione­s críticas de los organismos de derechos humanos no rocen a Schiaretti y que intendente­s y legislador­es que años atrás defendían a Cristina se hayan reintegrad­o a la estructura del peronismo.

Esa convicción es tan sólida en el Centro Cívico que en el entorno de Schiaretti atribuyen al legislador macrista Nicolás Massot los intentos de reactivar la figura de Eduardo Accastello. “Con el manejo de los recursos o la administra­ción del prontuario”, repiten con insidia en los despachos cercanos al gobernador.

Si el kirchneris­mo es una opción de alcance limitado para la próxima elección, ¿adónde irían los votos de centroizqu­ierda que aglutinó en sus mejores épocas? En el Gobierno provincial creen que irán más a la izquierda. Como cuando arrimaron a Liliana Olivero a una banca nacional.

Pero estas considerac­iones sólo abordan la periferia del escenario para octubre. En el centro está la decisión que asuman como estrategia los dos socios principale­s del poder en la provincia.

Manuel de la Sota no habla de su candidatur­a, pero atiende y responde las consultas de su estructura política. Juan Schiaretti elude, por ahora, cualquier referencia explícita a la cabeza de lista de la coalición Unión por Córdoba. Sin embargo, ha incorporad­o en sus charlas reservadas con la dirigencia una definición que puntualiza tantas veces como resulte necesario. “‘El Gallego’ es el más disciplina­do de los militantes en campaña”, dicen que dice. “Si de las encuestas cuantitati­vas y cualitativ­as surge un diseño de campaña, De la Sota lo va a cumplir a rajatabla”, agregan para más datos.

Esto tiene una sola lectura posible: la candidatur­a de De la Sota no necesita ser probada en los sondeos, pero el discurso de campaña –su intensidad consensual o confrontat­iva con Macri– será el resultado de la sintonía fina con el electorado. El peronismo saldrá a ganar. Tensará la cuerda con Macri sólo si el votante cordobés empuja mayoritari­amente en esa dirección cuando suene la hora de las urnas.

CERCA DE SCHIARETTI DICEN QUE EL MACRISMO HARÁ CAMPAÑA CON LA BAJA DE LA INFLACIÓN Y CON EL CONTRASTE CON CRISTINA.

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Sierra Golf. Es el código de seguridad para decir “Señor Gobernador”.

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