Los 20 invitados, a merced de los ladrones
Asaltaron a un grupo de médicos que iban a comer un asado. Ocurrió en una casa del Cerro de las Rosas.
“Ya terminamos. En cinco minutos pueden llamar a la Policía; hagan la denuncia tranquilos”.
Esa fue la frase que los ladrones eligieron para despedirse de un grupo de médicos a los que encañonaron, maniataron y robaron en un asalto que se registró en un domicilio de barrio Cerro de las Rosas, de la ciudad de Córdoba.
Todo ocurrió el jueves último, a las 22, en una casa ubicada en Martel de los Ríos, a metros de la avenida Rafael Núñez, en una zona muy concurrida. Allí se iban a reunir 20 médicos para compartir un asado.
Cuando llegó el primer invitado y el anfitrión abrió la puerta, tres ladrones ingresaron tras él.
El resto fue una secuencia calcada: cada invitado que iba llegando, era flanqueado por dos de los delincuentes, uno que abría la puerta y el restante que los esperaba a un costado.
Todos fueron trasladados a punta de pistola. Llamó la atención la logística de los asaltantes: los hombres fueron retenidos en un lavadero y las mujeres en otro sector. Todos fueron precintados y colocados boca abajo. E insistían en preguntar si había algún policía entre los presentes.
El atraco fue selectivo: sólo relojes, alianzas (entre ellos un anillo con un rubí), dinero y teléfonos celulares. No les quitaron tarjetas de crédito ni documentos. Los médicos estiman que en total el botín asciende a los 300 mil pesos.
La hermana de una de las víctimas contó que los delincuentes estuvieron alrededor de 45 minutos, tiempo en el que se mostraron “muy tranquilos”.
Los tres, que tendrían entre 30 y 35 años, estaban vestidos con ropa oscura y armados con pistolas que serían nueve milímetros.
El caso no fue informado por la Policía. “Superprofesionales” Al parecer, los ladrones no estaban “nerviosos ni drogados”, sino que se comportaron como “superprofesionales” del delito.
Mientras se perpetraba el robo, uno de los encapuchados le comentó a uno de los médicos que le resultaba conocido.
Los delincuentes también se mostraron interesados en saber si los medicamentos ginecológicos que había en el lugar se podían llevar para revenderlos.
Momentos antes de la retirada de la vivienda, la banda eligió un Peugeot 308 de uno de los médicos para huir. Antes, le preguntaron si tenía cortacorriente o alguna traba especial.
Al parecer, también revisaron todos los vehículos en los que habían llegado las víctimas, porque de uno sustrajeron un portafolio con una notebook.
Antes de marcharse, los ladrones hasta se dieron tiempo de avisar que se iban de la casa y les indicaron a los damnificados que podían llamar a la Policía para denunciarlos.
Pese a que el primer móvil llegó a los pocos minutos de la primera llamada, la banda no fue localizada en el sector.