La falta de cajeros automáticos aún se siente en el interior
Los pequeños pueblos de la provincia de Córdoba son los que más sufren el problema. Pero es en las zonas turísticas donde más se notan los inconvenientes en temporada alta.
Si uno está en un pueblo pequeño de la provincia de Córdoba o en un centro turístico en días de temporada alta, puede tener muchas dificultades para conseguir dinero electrónico. En el primer caso, porque en varias localidades directamente no hay cajeros automáticos. En el segundo, porque la gran demanda de efectivo y los pocos comercios y restaurantes que reciben tarjetas de débito y de crédito hacen que los cajeros se vacíen muy rápido. Tanto los billetes de 500 pesos como la posibilidad de retirar dinero en supermercados y estaciones de servicio atenúan un poco el problema.
Conseguir dinero en efectivo de un cajero automático es un trabajo que requiere paciencia, sobre todo durante los fines de semana y más aún a medida que uno se aleja de la capital cordobesa. Ni hablar si la pretensión es hacerlo en un pequeño pueblo.
La falta de billetes no es un mal exclusivo de la temporada de verano en zonas turísticas, que llegan a duplicar sus poblaciones durante enero o febrero. Es una dificultad que se repite todo el año, en todas las regiones del mapa cordobés, y que se acentúa en las localidades de menor tamaño.
Son varios los problemas que confluyen. En la lista puede contarse la necesidad de mayor cantidad de dinero ante la suba de precios, los billetes de 500 pesos que aún escasean, la imposibilidad de pagar con tarjeta en muchos comercios o el recargo que aplican algunos por recibir débito o crédito –que disfrazan de descuento para pagos en efectivo– y la resistencia de buena parte de los trabajadores asalariados, y más aún de jubilados y pensionados, a usar medios de pago electrónicos.
En el último tiempo, la Nación tomó distintas medidas tendientes a mitigar el problema –y a evitar la evasión–, como la incorporación obligatoria del posnet como modo de cobro en todos los comercios y prestadores de servicio en un plazo de un año, o la posibilidad de que supermercados, estaciones de servicio y otros instalen cajeros automáticos fuera del circuito de los bancos.
Mientras tanto, son muchos los ciudadanos que padecen el problema.
En toda la provincia de Córdoba hay 754 puntos con cajeros automáticos, con un total de 1.724 terminales. De ellos, más de 600 son del Banco de Córdoba solamente, según datos del Banco Central (BCRA). Si sirve la comparación, Santa Fe tiene un total de 2.024 cajeros con una población similar a la de Córdoba.
El crecimiento del servicio es lento en el último tiempo: en enero de 2015 eran 1.637 y en octubre de 2016 sumaban 1.700 las unidades.
La propia entidad nacional reconoció días atrás que Argentina tiene una penetración de cajeros menor que la de países vecinos y que al menos un 20 por ciento de las localidades del país no cuenta con esa prestación disponible.
“La falta de cajeros estimula un uso indebido del efectivo, como el caso de quien retira la totalidad de sus ingresos en una sola extracción en lugar de hacerlo en forma paulatina, a medida que debe asumir gastos. Esta situación lleva a trasladar mayores cantidades de efectivo sin necesidad, lo que atenta contra la inclusión financiera y provoca riesgos en la seguridad física de las personas”, reconoció el BCRA.
En Córdoba, esas carencias se perciben en toda su geografía. Sirven tres regiones, de diferentes características poblacionales y económicas, para reflejarlo.
Por las Sierras Chicas
El corredor de pueblos y ciudades al noroeste de la Capital es la región de mayor crecimiento demográfico en las dos últimas décadas. Pero a no ser Villa Allende, en donde hay cinco bancos, el peregrinaje para hacerse de efectivo es tortuoso desde Mendiolaza hasta Ascochinga, pasando por Unquillo, Río Ceballos, Salsipuedes y La Granja, además de otras comunas más pequeñas. En toda esa zona sólo existen cajeros de Bancor, que en muchas ocasiones se encuentran colapsados y obligan a hacer largas filas.
Aunque se incorporó un nuevo cajero en Río Ceballos, y algunas cadenas de comercios permiten la extracción de dinero con el pago con tarjetas de crédito y débito, el problema persiste.
“Conozco personas que han cambiado sus hábitos para adecuarse a los tiempos de reposición de billetes en los cajeros, y muchos comerciantes volvieron al fiado porque los clientes les dicen que no hay plata en el cajero”, comentó Daniel Lucca, presidente del Centro Comercial, Industrial y Turístico de Río Ceballos.
Por la pampa “gringa”
En el departamento San Martín, donde Villa María es cabecera, pueblos como La Palestina y Luca tienen que pedirle prestados los cajeros a sus vecinos de Arroyo Cabral o Dalmacio Vélez para depositar sueldos, por ejemplo.
El municipio de La Palestina abona sueldos a través de Bancor, cuyo cajero más cercano está a 10 kilómetros. El intendente Cristian Portesio explicó que es muy caro el flete del dinero para poder instalar uno en el pueblo.
Luca, en cambio, opta por pagar sus sueldos en forma directa, por caja, sin pasar por el banco, para que los empleados no tengan que trasladarse. Los jubilados deben viajar para poder cobrar.
En Villa María, en cambio, con más de 80 mil habitantes hay cerca de 30 cajeros. Salvo algunos fines de semana largos, es raro que se queden sin dinero, aunque una red parece tener más dificultades que la otra. En los últimos meses, se agregaron cajeros en estaciones de servicio, supermercados y en el palacio municipal.
En Traslasierra
“Con la aparición del billete de 500 pesos la recarga de un cajero dura más”, explicó un empleado de banco en Traslasierra, zona en la que durante años conseguir dinero por esta vía resultó tortuoso
No obstante, la insuficiencia de cajeros automáticos sigue siendo evidente, sobre todo en los pueblos más pequeños y aislados.
Villa Dolores, la mayor ciudad de la zona con unos 35 mil habitantes, cuenta con 12 cajeros en tres bancos (ocho son del Banco de Córdoba). Autoridades de esa entidad confirmaron que es inminente la instalación de dos más. El Banco Nación tiene sólo dos que no dan abasto. Mientras, dos comercios incorporaron servicios de cajeros recientemente.
En la zona turística del valle es frecuente que no haya dinero en cajeros. En localidades como Villa de las Rosas o San Javier los vecinos “espían” la llegada del camión que los recarga, porque la provisión a veces sólo alcanza para los primeros de la fila. En Mina Clavero, Nono y Villa Cura Brochero el servicio es algo más regular, aunque cuando la demanda aumenta aparecen las quejas.
SEGÚN EL BCRA, AL MENOS UN 20 POR CIENTO DE LAS LOCALIDADES DEL PAÍS NO TIENE NI UN CAJERO AUTOMÁTICO.