Zona de despiste
En un mismo tramo de la ruta 36 ya hubo 20 vuelcos y tres víctimas fatales en apenas 10 meses.
RíO CUARTO. Con la nueva autovía de la ruta 36 entre Córdoba y Río Cuarto, habilitada hasta ahora en un 80 por ciento de su extensión, se habría logrado disminuir la cantidad de choques frontales. Fue, junto a la mayor agilidad del tráfico, la razón de su construcción. Pero lo que llama la atención es la cantidad de despistes y vuelcos que se producen en un mismo sector del nuevo trazado. En los últimos 10 meses, hubo más de 20 casos –tres con víctimas fatales– en el desvío hecho para evitar el paso por la zona urbana de Coronel Baigorria, en el departamento Río Cuarto.
El intendente de esa localidad, Néstor Giácomi, advirtió que son numerosos los siniestros viales que se producen a la altura del kilómetro 628, en el acceso sur al pueblo. Remarcó que hubo días en que se registraron dos en una misma jornada, prácticamente en el mismo lugar. Adjudicó el problema a la falta de señalización y de controles de velocidad.
“Así como está, y sin iluminación, la ruta es una trampa. Son muchos los accidentes que se han producido; esperamos que coloquen ojos de gato a lo largo del camino y más presencia de la Policía Caminera. Aunque no se exceda la velocidad permitida, así se vaya a 90 kilómetros, faltan indicadores para que la gente no se sorprenda con las curvas y retornos”, señaló Giácomi.
José Oviedo, jefe de Bomberos Voluntarios de Alcira Gigena, admitió que en la zona hubo numerosos siniestros viales y comentó que el sector “tiene una sucesión de curvas que no son pronunciadas pero son tipo S y puede ser que la gente no conozca el trazado y se relaje o distraiga más porque ahora es autovía. Por eso se les termina deslizando el vehículo”.
Vecinos coinciden en plantear que, además de la alta velocidad, el desconocimiento del nuevo trazado hace que la gente dude y se confunda. Apuntan que hubo casos de conductores en contramano, autos embestidos de atrás y frenadas marcadas en el asfalto.
Desde la Policía también se interpretó que la causa principal de los siniestros es la negligencia y el desconocimiento de la nueva autovía y sus variantes. Según datos de prensa de la Unidad Departamental, desde mediados del año pasado, entre el kilómetro 670 y el 628 se produjeron al menos 20 siniestros viales. Tres de ellos tuvieron resultados fatales.
Hubo una mujer que falleció en un vuelco, justo en la zona roja de los despistes: el acceso sur a Coronel Baigorria, el 1° de marzo pasado, a las 13.30. En un Chevrolet Corsa circulaban Belarmino Peruchin y su esposa, Isabel Zamora, de 70 años, quien murió al volcar el vehículo.
Hubo otro siniestro fatal en el kilómetro 651, el 6 de enero. Pablo Balmaceda (37) chocó una camioneta de frente con su moto. Se presume que el motociclista creyó que seguía la autovía en un tramo que era aún doble mano.
El 15 de mayo de 2016, por la madrugada, falleció un hombre en el kilómetro 635: Maximiliano Olivo, de Río Cuarto, iba camino a Gigena, perdió el control de su auto y dio varios tumbos.
Más, de día
“Siempre la iluminación ayuda, pero el 97 por ciento de los accidentes en este tramo fue de día. Inclusive en días lindos, sin lluvia ni nada. Para mí es porque la gente se distrae y no está acostumbrada al trazado”, insistió el bombero Oviedo.
Osvaldo Vottero, presidente de Vialidad Provincial, admitió la sucesión de hechos en ese sector pero los adjudicó principalmente al exceso de velocidad. Remarcó que se han detectado en la autovía autos que circulan a más de 150 kilómetros por hora cuando el máximo permitido es 110.
Vottero aseguró que, en 15 días, la concesionaria de la ruta (la empresa provincial Caminos de las Sierras) colocará nueva señalética horizontal y vertical. Habrá –dijo– ojos de gato que demarcarán la ruta y todos los retornos y variantes del nuevo trazado en ese sector.
Tras desechar que pueda haber errores de diseño o construcción e insistir con que el problema principal es la velocidad excesiva a la que se circula, el funcionario dejó entrever que se incrementarán los controles. “Los carteles están, lo que pasa es que viajan a tanta velocidad que cuando llegan al cartel no pueden tomar la curva y se despistan”, opinó.
“En primer lugar, está la conciencia de la gente en cuanto a la velocidad, pero no estaría mal que se iluminen los retornos. En la salida de Río Cuarto hay tres mil metros iluminados y luego nada”, acotó un comisario de esa región.