“Invitación” al exdirector del FBI
WASHINGTON. Donald Trump embistió ayer contra sus “críticos” y fustigó a los medios de comunicación, mientras el Senado aumentaba la presión sobre la Casa Blanca para obtener respuestas sobre las polémicas que rodean al jefe de Estado.
Trump no se refirió al despido de James Comey, ni a la información de que él había pedido al exdirector del FBI que no investigara a uno de sus exasesores, ni a la polémica relacionada con su propia decisión de compartir con Rusia información confidencial sobre el Estado Islámico (EI).
En cambio, puso el foco sobre los medios de comunicación. “Miren cómo me han tratado últimamente, especialmente los medios de comunicación. Ningún político ha sido tratado peor o más injustamente”, dijo Trump ante cadetes de la Academia de la Guardia Costera en New London (Connecticut). “No me eligieron para servir a los medios de comunicación de Washington o a los intereses especiales, me eligieron para servir a los hombres y mujeres olvidados”, sentenció.
Los líderes republicanos en el Congreso se dividían entre la defensa a Trump y la petición de explicaciones por las controversias. El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, afirmó que hay quienes quieren perjudicar al mandatario y sostuvo que para investigar se requieren hechos. En el extremo contrario, el congresista republicano Justin Amash dijo estar a favor de abrir un impeachment a Trump si se demuestra que presionó a Comey para que abandonara la investigación de Flynn.
El Comité de Inteligencia del Senado invitó a Comey a testificar a puertas abiertas y a puertas cerradas por la investigación que dirigía sobre la influencia de Rusia en los comicios del año pasado.