Entre pedidos de elecciones directas y un juicio político
“Temer jamás solicitó pagos para obtener el silencio de Eduardo Cunha, no participó ni autorizó cualquier movimiento con el objetivo de evitar la delación del exparlamentario. El encuentro con el empresario Joesley Batista ocurrió en marzo, pero no hubo en la conversación nada que comprometiera la conducta del presidente”, afirmó un comunicado del Gobierno que no logró aplacar la reacción opositora en el Congreso ni en algunos manifestantes.
La situación revelada por O Globo generó una rápida reacción en la base oficialista, que en ese momento tramitaba las cuestionadas reformas jubilatoria y laboral, dos de los principales objetivos del ajuste propuesto por el presidente Michel Temer.
La gravedad de la situación quedó en evidencia cuando el actual presidente de la Cámara de Diputados y primero en la línea de sucesión, Rodrigo Maia, interrumpió la sesión al conocerse la noticia y se dirigió de inmediato hacia el Palacio del Planalto. “La situación es grave”, admitió.
El diputado Alessandro Molon, del partido Rede, de la excandidata Marina Silva, pidió el impeachment de Temer por delitos de responsabilidad, mientras que el izquierdista Partido Socialismo y Libertad (Psol) reclamó elecciones anticipadas mediante una reforma constitucional urgente.
También provocó gran impacto en el Congreso la revelación sobre el senador Aécio Neves, quien denunció a Rousseff por irregularidades en 2014. Neves preside el PSDB, que es respaldo para la gobernabilidad de Temer.
El senador le pide al empresario, según la grabación, dos millones de reales, unos 600 mil dólares, para sus gastos de defensa en la Operación Lava Jato. La entrega del dinero fue hecha por un primo de Neves que fue filmado por la Policía Federal en acuerdo con los empresarios Batista.