La batalla que no se libró
Con expectativa por la resolución de los últimos incidentes de la causa “Bucheme”, muchos esperaban asistir a la audiencia que se iba a celebrar en la Cámara de Acusación con alegatos a través de los cuales se iban a confrontar las posturas del fiscal denunciante, Enrique Gavier, y del juez de Control Esteban Díaz Olmos, denunciado por supuesto cobro de coimas para liberar al imputado del caso.
El incidente debía analizar en definitiva el pedido de apartamiento del juez, solicitado por el instructor, con la exhibición de pruebas de cargo, supuestamente tan fuertes como escuchas telefónicas en las que familiares del preso liberado hablan de reunir una fuerte suma de dinero.
En la conversación, uno de los interlocutores reprocha al otro que se hable de esas cuestiones por esa vía.
Las bondades de la oralidad que ofrecería esa audiencia permitirían poner en un mismo momento todas las pruebas del caso, las que servían para cuestionar a Díaz Olmos, más las que el juez debió evaluar para liberar al imputado José Walter Bucheme, un conocido integrante de “La Trenza” de los remates judiciales.
En esta y otras causas, Gavier viene acusando a su juez de Control de “falta de imparcialidad” y en su última recusación aseguró que el magistrado cobró para liberar a quien él había detenido por maniobras realizadas en el marco de una causa por la posesión de una casa.
A pesar de que muchos de los que han visto la presentación de Gavier minimizan esas escuchas porque “no son tan valiosas”, esas mismas personas son las que preguntan si el fiscal tiene “algo” que aún no ha presentado.
Con esa particular expectativa se estaba acercando la audiencia prevista para el martes próximo. Pero 48 horas atrás, la Cámara de Acusación suspendió la vista porque el propio juez se inhibió.
Díaz Olmos anticipó que su inhibición es solamente en esta causa y que seguirá controlando otros expedientes que instruye Gavier.
Resta ver ahora quién toma el caso y resuelve los incidentes pendientes, como la misma continuidad de Gavier, porque su primo abogado quiere ser nuevo defensor del imputado.
Díaz Olmos decidió no pelear la batalla clave. Si bien no tenía pensado apartarse cuando conoció la presentación de Gavier, en los últimos días cambió su postura.
Ayer sostuvo a este diario que su repentina inhibición responde a dos motivos, uno principal y otro secundario.
“Cuando rechacé la segunda inhibición no tenía conocimiento de las derivaciones que había tenido la presentación que había hecho Gavier en contra mía”, sostuvo en referencia a la investigación que hoy tramita Rubén Caro.
Díaz Olmos señala que, mientras esté en curso esa investigación, no puede seguir al frente de la causa.
También dice que lo hace para no afectar más la sensibilidad de las partes, teniendo en cuenta que hay querellante.
La otra razón argumentada por el juez es que, al inhibirse, la Cámara de Acusación “no tiene que resolver una cuestión en la que no iba a conocer todas las pruebas”, entendiendo que no iban a presentarse todas las evidencias.
Queda flotando que no se llegó a la posibilidad de que Gavier presente ese “algo” que muchos temen tiene guardado bajo la manga, más allá de la prueba que hasta ahora exhibió.
También se evita conocer lo que dice cada uno respecto de las razones para liberar a Bucheme.
Apelando a un paralelismo, como sucede en una partida de cartas, el juez no quiso llegar al momento en que hay que mostrar el juego y definir quién quedó mejor parado.
La disputa entre un fiscaL y un juez se quedó sin un capítuLo.