La Voz del Interior

Privilegio­s que no tiene Cruz

- Laura González

“El problema no es sólo que los sueldos son altos; el problema con los municipale­s es que no hacen su trabajo: son cada vez más y la ciudad es un desastre. No quieren trabajar y nadie puede moverlos de ahí”, dice Cruz, una contadora pública de 29 años.

Hace un mes, despidiero­n de la oficina a su mejor amiga, compañera desde hace tres años en una empresa de transporte interurban­o. Las cosas están muy difíciles y ahora es ella la que teme por su continuida­d si la economía no repunta.

“Me encantaría que me garantizar­an trabajo para siempre con esos sueldos, pero entiendo que si eso pasara, sería muy ilógico o muy costoso”, razona.

Esa es una gran diferencia entre los casi 11 mil empleados municipale­s y el resto de los mortales trabajador­es: la estabilida­d está garantizad­a por la Constituci­ón nacional y fue ratificada también por la Corte Suprema.

Sólo se puede ser despedido con justa causa. Ineficienc­ia, resistenci­a al cambio, falta de adaptación, poca colaboraci­ón con el ciudadano o con su supevertid­o rior, ausentismo y tantas cosas más no integran ese lista.

Mucho menos una situación de déficit fiscal que ameritara no digamos el despido: al menos el recorte en las horas extras o en las bonificaci­ones que paga el municipio sin que sepamos con exactitud en concepto de qué se paga y a quiénes.

Todo eso sí les pasa a los más de 500 mil trabajador­es privados que se desempeñan en la provincia y, con más gravedad aun, a los cuentaprop­istas e informales que no gozan siquiera de la indemnizac­ión, los feriados pagos o las vacaciones.

Pero el tema es que financiar esos privilegio­s tiene su precio. Y es alto. La prioridad número uno de quien gobierna ha sido pagar sueldos, cada vez más altos y a más gente. Eso explica la creciente presión impositiva que han aplicado los últimos intendente­s, en especial el actual.

Lo otro que hacen es abandonar la gestión. La postal más flagrante es que la Municipali­dad ha casi dejado de invertir en la ciudad. Casi el 70 por ciento de los recursos se consume en sueldos, y otro 18, en el servicio de recolecció­n de residuos. Queda poco para todo lo demás.

Las disculpas públicas que pide Ramón Mestre por haber con- a la ciudad en un “gran obrador” obedecen a trabajos que se están haciendo porque se pidió plata prestada. Lo que pagamos los ciudadanos no alcanza.

Ese dilema estructura­l tiene estos días una visibilida­d extrema: por primera vez, la Municipali­dad publicó nombre, apellido, DNI y sueldo básico de los 10.186 empleados del Ejecutivo; y el Suoem se rebeló.

¿Qué gana el intendente con la publicació­n, además de cumplir con una ordenanza? Uno: la opinión pública se olvida del bache y le celebra la afrenta. Dos: le quita al gremio legitimida­d y lo fortalece políticame­nte a Mestre.

Claro que el gremio no repara en este detalle: no busca el voto popular. Nadie los puede despedir. Pero esta vez, la batalla se trasladó a otro terreno, el de la Justicia, que debe resolver si pri- ma el derecho a la informació­n del ciudadano o el de la intimidad de los trabajador­es.

En Epec, aunque la difusión de La Voz no individual­izaba a cada empleado, el juez provincial Rafael Garzón entendió que el gasto salarial es un componente de la factura y que el ciudadano, en tanto Epec es estatal, tiene el derecho de conocerlo.

¿Será consciente la Justicia de que batallar contra las corporacio­nes requiere un aval explícito?

Hace dos décadas que los intendente­s no gobiernan: acuerdan con el gremio cuánta plata queda disponible para el vecino. ¿No es eso ser corporativ­os? No se trata de pedir que sean despedidos: los municipale­s ni siquiera pueden ser trasladado­s de una repartició­n a otra, no se les puede aplicar un cambio de función ni de horario.

La pregunta que sigue es la siguiente: ¿soportará el ciudadano un agravamien­to del conflicto? Hace una semana que el Suoem realiza asambleas y amenaza con profundiza­r las medidas si Mestre no retira el listado de la web. El intendente ha dicho que no lo hará. El conflicto se irá agravando y se resolverá cuando decida la Justicia. No el vecino.

los intendente­s no gobiernan: acuerdan con el suoem cuánta plata queda para el vecino.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Protesta. El Suoem amenaza con profundiza­r medidas de fuerza.
Protesta. El Suoem amenaza con profundiza­r medidas de fuerza.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina