La homilía de Poli tuvo respuesta inmediata desde el gabinete

Buenos Aires. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, compartió ayer el sentido de la homilía pronunciada por el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, en cuanto al “desafío de terminar con la exclusión, la desigualdad y la pobreza” en Argentina.

Peña expresó que las palabras del prelado en cuanto a que “la inequidad genera violencia” son “un dato” que han planteado como gobierno, y que se trabaja “para reducirla”.

Agregó que el Gobierno ha tomado desde el primer día el desafío de “terminar con la exclusión, la desigualdad y la pobreza, y unirnos” y, en este sentido, señaló que es importante “entender que es un trabajo que tenemos que hacer todos juntos los argentinos” después de “mucho tiempo de fracasos acumulados”.

“Tenemos que rebelarnos contra ese destino que muchas veces parece que nos agobia y mostrar que tenemos un futuro lleno de esperanza”, agregó.

Poli brindó un mensaje centrado en la pobreza y habló de la “deuda social” que existe en nuestro país. Aseguró que “buena parte del pueblo” no tiene “una vida digna” y subrayó que “la inequidad genera violencia”.

En su homilía, señaló que muchos pueden pensar que “no hay motivo para una fiesta patria cuando buena parte del pueblo no está invitado”, porque “carece” de las condiciones “para una vida digna”.