La Voz del Interior

Shy Banker los durmió

El crédito de Alejandro Ortiz impuso condicione­s en el Clásico 25 de Mayo. Conducido por José Noriega, empleó 2m07s09/100 para los 2.000 metros.

- Hugo Juárez hjuarez@lavozdelin­terior.com.ar

Por aquello de que las carreras son carreras y los fracasos previos no deberían tenerse en cuenta a la hora de “fichar” en ventanilla un pálpito (o el dato de un amigo que vino de Neuquén), es que Shy Banker fue el héroe del Clásico 25 de Mayo, corrido ayer en el hipódromo de barrio Jardín.

Es que tras ser conducido magníficam­ente por el látigo José Noriega (hijo de Hugo y sobrino de Juan, nada menos), el crédito de Alejandro Ortiz dejó claro que su último traspié en Rosario, en un fangal, había sido nada más una mala tarde. O, posiblemen­te, que le dio “asco” el barro, para los que gustan profundiza­r a la hora de filosofar sobre éxitos y derrotas inesperada­s, claro está.

Esta fue, a no dudarlo, la razón por la que al decidir qué hacer en boletería, un número importante de seguidores del zaino colorado no dudaron y lo “taparon” de boletos, los suficiente­s como para entender que el amor por este hijo de City Banker estaba intacto.

Y la respuesta no pudo ser mejor. No sólo porque se impuso por tres cuerpos y medio sobre One Indy y 13 sobre Rabbit Inc, el gran favorito, sino porque a la hora del “¡se paga!” que gustaba anunciar “el Gato” Prado (de visita ayer en el Alto) durante casi 50 años, Shy Banker triplicó las ganancias de quienes habían confiado en él.

Fue 2m07s09/100 antes (el tiempo que empleó para recorrer los dos kilómetros de carrera) que “Josecito” Noriega dejó que la punta la hiciese Potro Atrevido hasta donde él quiso. Porque así como muchos pensaron que el puntero se les haría perdiz si lo dejaban correr tan libremente, ya en el final del codo se pudo observar cómo Shy Banker y One Indy se le venían al humo y lo pasaban de largo.

Con semejante envión, no extrañó que al momento de pisar la recta del “Shopping de barrio Jardín” (la recta de los gritos, cuan- do había tribunas), y tras un leve mano a mano, Shy Banker comenzara a despegarse con comodidad, tanto como para que “la Chula” Altamira, como espectador de lujo en la pista, pudiese asegurar que el de Noriega venía cortado. Algo que, en buen romance, significab­a que no perdía más.

Y fue así, nomás, ya que como en otra carrera, con lo que les quedaba de resto, fueron cayendo los demás: Potro Atrevido, Storm Padre, Harlans Champ, Puré Chef y Bordeaux Glick.

Tanto como para comprender (y presumir) que los pronóstico­s, en el turf, como en la vida, muchas veces no suelen ser más que un cuento de trasnochad­os.

 ?? (JOSÉ HERNÁNDEZ) ?? Sangre ganadora. Shy Banker, un hijo de City Banker, ganó de la mano de “Josecito” Noriega, hijo de Hugo y sobrino de Juan.
(JOSÉ HERNÁNDEZ) Sangre ganadora. Shy Banker, un hijo de City Banker, ganó de la mano de “Josecito” Noriega, hijo de Hugo y sobrino de Juan.

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