En barrio San Martín, los vecinos están cansados de tantos robos
Recrudecen los atracos contra familias, casas sin ocupantes y locales comerciales. Preocupan los ataques de motochoros. Quejas por la falta de patrullaje. Hubo contactos con la Policía, pero los móviles no aparecen.
Si algo tiene a maltraer a los vecinos de barrio San Martín y sectores cercanos, en la zona norte de Córdoba capital, es la inseguridad. Desde violentos asaltos domiciliarios hasta robos a motociclistas, pasando por ataques a comercios y a transeúntes cometidos por motochoros. La situación preocupa a esta amplia barriada, con una alta cantidad de comercios en calles y avenidas.
El momento –aseguran los vecinos– es más que preocupante por la falta de patrullaje.
“Hemos hablado con el comisario y le pedimos policías que por lo menos caminen en las cuadras, ya que no alcanzan los móviles. Pero me dijo que tampoco alcanzan los hombres… Nos prometió soluciones, pero los policías no aparecen”, se quejó Maite Villa- mea, dueña de una panadería en Los Granaderos al 1800, local que ya sufrió varios robos.
El último ataque sucedió días atrás. “Si no mandan patrulleros, que manden a la Policía Barrial, que por acá tampoco está”, reclamó la comerciante.
En ese bulevar, los comerciantes saben lo que son los motochoros. “Andan a toda hora, sobre todo a la tarde y noche. Se hartan de asaltar a mujeres que andan caminando. También se meten a negocios”, expresó Ricardo, dueño de un maxiquiosco. “La Policía viene cuando la llamás, pero de patrullar, ni hablemos, no está”, añadió el hombre.
Decir que gran parte de los comercios del sector trabajan, cuando cae la tarde, con las puertas cerradas o, en su defecto, con rejas y una pequeña abertura por donde se atiende a los clientes, no sorprende a nadie.
Uno de los asaltos más graves sucedió hace poco en una casa de calle Martín García, donde una familia vivió una noche de terror a manos de delincuentes, uno de los cuales vestía como policía.
Para entrar al domicilio, los ladrones fingieron que realizaban un allanamiento. Una vez adentro, sacaron armas y redujeron a toda la familia. “Plata, queremos plata, plata”, gritaban nerviosos. Por fortuna, no atacaron al hijo del matrimonio, quien tiene una discapacidad. Tras maltratar a los hombres, se apoderaron de unos pocos artefactos y celulares, y emprendieron la huida. “Vos lo veías al vestido de policía y parecía policía el tipo”, relataron en la casa. Hasta ahora, los delincuentes no fueron atrapados. Ladrones sueltos Quienes tampoco fueron capturados son los delincuentes que, en abril, dejaron al borde de la muerte a un motociclista a quien golpearon con salvajismo para robarle, precisamente, la moto.
Sucedió en Colombres y Los Andes, donde los delincuentes golpearon a Mauricio Sequeira con un palo en el casco y lo dejaron en grave estado en una cama de hospital. Por fortuna, y pese a la gravedad de las lesiones en la cabeza, la víctima se recuperó y logró retornar a su hogar. “Me había comprado la moto porque estaba cansado de que me asaltaran cuando esperaba el colectivo”, contó Sequeira.
Otra mujer mayor también sufrió un violento arrebato semanas atrás frente al Hospital Pediátrico (ex Casa Cuna). Motochoros la atacaron y la tiraron a la calle y arrastraron, causándole serias lesiones en todo el cuerpo.
“Está muy brava la situación, hay muchos robos”, contó la dueña de una perfumería en Los Granaderos. En el último asalto que sufrió el local, la empleada alcanzó a salir corriendo y dejó encerrado al ladrón tras cerrarle la puerta. El delincuente se las ingenió para huir, pero cayó, finalmente, a los pocos metros por una patrulla que justo pasaba por el sector y se había detenido por los gritos de unos comerciantes.