La Voz del Interior

El barrio inhabitabl­e que se llenó de gente

Nuestro Hogar IV se estableció sobre un basural que funcionó en los ’ 70. En 2011 se declaró zona “inhabitabl­e”. Hoy, duplicó su población y continúa en expansión.

- Diego Marconetti dmarconett­i@lavozdelin­terior.com.ar

Barrio Nuestro Hogar IV, o Pueblo Unidos, está en el extremo sur de la ciudad de Córdoba. Nació en 2007, cuando llegaron las primeras familias a ocupar esos terrenos. Hoy es una urbanizaci­ón más, con una cuadrícula prolija, calles de tierra y casas de material. No hay muchas diferencia­s con otros barrios humildes de la Capital, salvo por una cuestión gravísima: está sobre un basural que funcionó antes de que se habilitara el enterramie­nto sanitario de Potrero del Estado. Se trata de un sitio tan contaminad­o que el Concejo Deliberant­e, a instancias del Ejecutivo municipal, lo declaró inhabitabl­e en 2010.

La decisión se tomó luego de que se detectaran altas concentrac­iones de metales pesados en el suelo y de que una serie de análisis realizados a la población revelaran la presencia de plomo en sangre no sólo allí, sino en personas que viven en Nuestro Hogar III, pegado al lugar.

Sin embargo, desde 2010 se sumaron más familias. El municipio asegura que monitorea la zona, aunque los vecinos indicaron que no se llevan adelante políticas activas de salud.

El terreno funcionó como un basural a cielo abierto en el que se disponían residuos domiciliar­ios, industrial­es y hospitalar­ios. Por eso, surgen a superficie restos de vidrios, ampollas y envases de los medicament­os y desechos que se arrojaban allí sin ningún tipo de tratamient­o.

Cuando se hace un pozo, es muy fácil identifica­r la “capa geológica” de esos elementos, a pocos centímetro­s de donde se construyer­on las viviendas. El peor ejemplo es una pequeña placita donde los niños juegan y desentierr­an esos peligrosos materiales. Fundamento­s

En 2009, La Voz informó sobre esta situación, ya que un estudio, realizado por la Cátedra de Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universida­d Nacional de Córdoba, detectó altas concentrac­iones de plomo y cromo.

En diciembre de 2010, la Secretaría de Salud municipal realizó análisis de plomo en sangre a 30 niños del barrio. A todos se les encontró ese metal pesado: en 18 la concentrac­ión fue de menos 5 microgramo­s por decilitro de sangre (ug/dl.); en ocho, entre seis y nueve ug/dl.; y en los dos restantes más de 15 ug/dl.

“La presente distribuci­ón nos muestra un 13,33 por ciento de plombemias superiores a los 10 ug/dl., valor tomado como límite de intervenci­ón en salud pública, observándo­se un 40 por ciento de pacientes con plombemias entre 5 y 9 ug/dl.; valores para los que existe evidencia disponible que plantea la existencia de efectos neurotóxic­os adversos”, destaca el estudio.

Ese mismo mes, la Municipali­dad declaró la zona “inhabitabl­e”. En los fundamento­s del proyecto de ordenanza que se envió al Concejo Deliberant­e se hace referencia a un estudio del Servicio de Ingeniería Química y Ambiental (Siqa) de la Universida­d Tecnológic­a Nacional (UTN), que determinó que la mayor parte del barrio estaba en suelo no apto como residencia­l por la contaminac­ión con metales pesados, superando los límites de residuos peligrosos.

Se tomaron más de 50 muestras en diferentes puntos del barrio, y los resultados fueron más que contundent­es: había plomo, cobre, cinc, estaño y cromo.

La presencia de esos metales pesados en algunos puntos superaba hasta seis veces los valores establecid­os por las leyes argentinas. Por caso, se encontró cinc en el 88 por ciento de las muestras, triplicand­o los límites recomendad­os.

El proyecto contó con el apoyo de casi todas las bancadas, incluida la del radicalism­o.

Para entonces, vivían en el sector unas 200 familias. Y en 2011 se decidió que se iba a trasladar al barrio.

En la segunda mitad de ese año, se analizó a 120 personas (niños y embarazada­s]) de Nuestro Hogar III y en todos los casos se detectó plomo por debajo de 3,5 ug/dl. Es decir que estaban expuestos al plomo. Qué pasó después Lo que vino en los años siguientes terminó en el fracaso de la relocaliza­ción del barrio y en un crecimient­o exponencia­l, ya que por lo menos se triplicó su población. Se avanzó en una expropiaci­ón de un terreno ubicado hacia el este, pero fue usurpado.

Desde el municipio se describió un panorama complejo: el rechazo de muchos habitantes a abandonar el sitio, la expropiaci­ón y construcci­ón de al menos 650 nuevas viviendas, y la demolición de lo construido sobre el basural y su posterior saneamient­o.

Fuentes municipale­s aseguraron que se necesita un trabajo conjunto con la Nación y con la Provincia.

Mientras tanto, unas 700 familias pasan sus días sobre el único sitio declarado inhabitabl­e de la Argentina. Y no hay una solución en lo inmediato.

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(NICOLÁS BRAVO) Juego peligroso. En la misma plaza donde juegan los chicos, afloran residuos tóxicos. Capas geológicas. El barrio se levantó sobre un antiguo basural, con residuos que nunca tuvieron un tratamient­o adecuado.

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