Reynoso y otros casos marcados por un entorno difícil

“¿Quién rescata a los que no son ‘Bebelo’?”, se tituló una nota publicada por el periodista Juan Federico en La Voz el pasado 13 de mayo, luego de que Emanuel Reynoso, el “10” de Talleres, participó de una confusa situación en barrio Ituzaingó, donde quedó involucrado en un tiroteo en el que no hubo víctimas y que sigue siendo investigado por la Justicia.

No es el primer caso ni será el último de futbolistas que siguen atrapados en un entorno complejo.

Un caso emblemático y que toma ribetes de mito es el de Darío Coronel, a quien llamaban “Cabañas”, compañero y amigo de la infancia de Carlos Tevez.

Los que lo vieron jugar aseguran que “era mejor que Carlitos”. Estuvo en Vélez Sársfield, pero se terminó yendo por problemas de conducta y murió en 2002. Coronel fue acorralado por la Policía, tras robar un bingo de Ciudadela, en Buenos Aires. Decidió pegarse un tiro.

En la actualidad, otro jugador con gran futuro de Argentinos Juniors, Luciano Cabral, se encuentra detenido en un penal de Mendoza acusado de homicidio.

Todo sucedió en General Alvear, de donde es oriundo el ex-Argentinos. Cabral está involucrado en el asesinato de Joan Villegas Gualpa, quien murió por los fuertes golpes con pedazos de escombros que recibió en su cabeza, lo que le provocó hundimiento de cráneo.

Otro caso reciente y polémico es el de Ricardo Centurión, el “10” de Boca Juniors, denunciado por violencia de género y también protagonista de varias situaciones extrafutbolísticas (choques en su auto, llegadas tarde a las prácticas, y más). Hoy está concentrado en el Xeneize, club que evalúa si compra su ficha o si debe retornar a San Pablo.

“Se trata de los condenados eternos al ‘entorno’, a las ‘juntas’, a sobrevivir entre tiros, narcos, policías corruptos e instituciones lejanas que sólo los miran desde arriba del hombro. Chicos y más grandes que en un momento pueden ser las víctimas y a la vuelta de hoja transformarse en victimarios”, reflexiona Juan Federico.

Como “Bebelo”, como Paul Bereciartua y cuantos más...