El caciquismo de delegados desafía la intervención

Ayer fue un día de locos para los cordobeses por problemas para movilizarse en el transporte masivo, para transitar por algunas calles (por cortes del Suoem) y para hacer trámites en el Palacio 6 de Julio.

A la anticipada voluntad del gremio municipal de convertir la ciudad de Córdoba “en un quilombo”, se sumaron los choferes de UTA, con asambleas/paro en doble turno: de 7 a 10 y de 17 a 20.

A la mañana, no circularon las líneas 60, 63, y 65 B de Coniferal; la 30, 34, 80, 81, 85, 23 y 28 de Ersa y los corredores 4,5, y las líneas 600 y 601 de Aucor. Pararon también todas las líneas de trolebuses. Y a la tarde, se “guardaron” los coches de las líneas 40, 41, 42, 43, 44, 45, 50, 51, 52, 53, 54, 600 y 601 de Aucor; 14, 15 y 17 de Coniferal; y 20, 21, 22, 24, 27, 30, 31, 32, 33, 34, 70, 72, 73, 74, 75, b70, 82, 83, 84 y 86 de Ersa.

En forma individual o por empresas (el gremio está intervenido), algunos delegados alzaron la voz para señalar que sufren por falta de inversión en unidades.

“Hay más de siete mil millones de pesos que recibieron las empresas y que no se vieron reflejados en condiciones de trabajo, ni mantenimiento”, dijo Sonia Beas, delegada de trolebuses. Beas viene de ser elegida por sus pares en abril y marca la inserción de la izquierda entre los choferes, a través del Partido Obrero.

Desde el municipio atribuyen las asambleas a la atomización política que sufre el gremio, sin perspectivas de un cercano llamado a elecciones y con delegados que pugnan por protagonismo. Corren por izquierda a la intervención.

Algo similar ocurre con el delegado Marcelo Marin, de Autobuses Córdoba, quien marcó el conflicto en esa firma y no descartó un paro, aunque difícilmente esa medida contaría con aval del interventor de UTA, Luis Arcando.

“Es muy probable que se profundicen las medidas de fuerza el lunes. Como está la empresa hoy en día, es casi una decisión tomada”, dijo el gremialista.

Según señaló, el reclamo es por el “estado de las unidades, por falta de mantenimiento y por falta de frecuencias”.

Las protestas de los choferes incluyeron también penurias para los automovilistas, ya que hicieron un piquete en avenida Vélez Sársfield, frente a la sede de UTA.

Hasta anoche no hubo expresiones públicas de la conducción de UTA por el conflicto, ni intervención del Ministerio de Trabajo.