La Voz del Interior

Cipriano, a los 105.

Tiene la misma edad que Hernando, la ciudad en la que vive. Es uno de los cordobeses más longevos. Se cocina lo que come y sólo toma un remedio, “para prevención”.

- Mariela Martínez Correspons­alía ANTONIO CIPRIANO CASTELLI

Vive en Hernando. Es uno de los cordobeses más longevos. Camina a diario, nos lee y sólo toma un remedio.

Dos huevos con papas fritas. Eso comió Antonio Cipriano Castelli la noche anterior a esta entrevista. No es un cordobés más: está a punto de cumplir 105 años, está entre los dos o tres de mayor edad en esta provincia, se cocina, camina a diario y asegura que no tiene problemas serios de salud.

Se enorgullec­e al contar que cumple la misma edad que Hernando, la ciudad donde vive, en el departamen­to Tercero Arriba, a 150 kilómetros de Córdoba capital.

El reloj marca las 12 del mediodía y Cipriano se excusa: “Llegó la hora de comer”. Antes de saborear un guiso de arroz con pollo, se sirve un generoso vaso con un aperitivo. “Nunca fui de tomar vino, como de todo pero poco, y fumé pero lo dejé cuando me enteré que hacía mal”, señala mientras corta la carne, en forma pausada y prolija, como disfrutand­o de ese ritual gastronómi­co.

Minutos antes, Cipriano recorrió varias cuadras caminando, a paso ligero. Por momentos el bastón que lo acompaña iba en el aire, casi como un objeto que no le resultaba imprescind­ible. No se olvidó de comprar La Voz, que lee a diario. Busca en su memoria

pero no halla el año desde que lo lee, aunque –asegura– “va medio siglo, seguro”. Con el diario en su mesa, toma una lupa que le ayuda a ver mejor para la lectura, sobre los anteojos recetados.

“Me levanto a las 8 de la mañana, desayuno y salgo a caminar unas 10 cuadras. Después leo el diario, voy a comprar el pan y veo las noticias en la televisión. Me entretengo. Y a las 12 de la noche me voy a dormir”, crónica.

Hincha de Boca, aclara que su agenda puede variar por un partido de fútbol en la tele.

Primero, moverse

Cipriano remarca que hay que moverse. “Lo más importante es la agilidad, para que las piernas no se endurezcan, si no se paraliza el cuerpo”, tira en tono de consejo. Por eso, contagia a unos y a otros con su lema de que “hay que hacer gimnasia”, mientras con su cuerpo delgado hace flexiones de brazos colgado de un árbol plantado en la vereda de su vecino.

Sabe que hay muy pocos de su edad en el país. Una mujer de 107 años que vive en San Francisco encabeza la lista hoy de longevos en Córdoba. Apenas un puñado supera el siglo de vida.

“Nunca pensé que iba a llegar a los 100”, apunta él, admitiendo la singularid­ad.

No sólo maravilla su edad, sino cómo la vive. “No tengo arrepentim­ientos y no tengo bronca con nadie; gracias a Dios la gente me aprecia, me saluda”, valora.

Si una cuestión pendiente reconoce es aquella deuda de “no haber ido a la escuela”. Un siglo después, explica que en su tiempo de niñez no pudo recibir instrucció­n escolar por los magros recursos de sus padres, José y María, una pareja italiana de inmigrante­s que se instaló en el centro de esta provincia. “Había que trabajar en el campo, cuidar los animales, todo eso”, indica.

Nació en Las Perdices, muy cerca de Hernando. Es el quinto de 13 hijos. Dos tuvieron de primer nombre Antonio. Por eso, a él siempre lo llamaron Cipriano, por el segundo con que fue anotado.

Recuerdos

La nostalgia parece embargarlo sólo cuando recuerda a su esposa, ya fallecida. “Con Elicia estuvimos casados 63 años, tuve una compañera muy buena, una felicidad”, relata. Dos hijos, cuatro nietos y tres bisnietos suma a su capital familiar.

Después de transitar esta zona durante más de un siglo, Cipriano se ganó la autoridad suficiente para trazar comparacio­nes: “Siempre viví en el campo, pero antes había más exigencia, más necesidad, había que luchar y sacrificar­se. Ahora en el pueblo hay progreso”, plantea.

Cipriano también tuvo vida social y hasta política en su localidad. Recuerda, por ejemplo, que fue concejal en Hernando, por el justiciali­smo, hace ya “unas cuantas décadas”. Y marca diferencia­s con la actualidad: “Antes, estábamos en un cargo y no cobrábamos, lo hacíamos porque nos gustaba y hasta poníamos plata de nuestro bolsillo para el pueblo”, acota.

Describe que en su vida cotidiana, después de cada semana “de trabajo duro”, le complacía distraerse los domingos compitiend­o en partidos de bochas con amigos. “Jugué hasta que tenía 102 años, gané varios campeonato­s en la zona”, dice mientras muestra trofeos y medallas obtenidos, que exhibe con orgullo en una habitación de su casa.

Vive solo, aunque al fondo de su casa hay un departamen­to habitado por una empleada que le ayuda a diario con los quehaceres domésticos. “Para mí es importante vivir en casa y terminar mis días acá”, expone.

Cipriano dice estar bien de salud, aunque los años dejen marcas: la vista disminuye cada vez más y los oídos no son los mismos de antes. En esos sentidos, percibe los 105 años vividos. “Pero tomo un solo remedio, para prevenir, por el tema de las arterias. Y me hago análisis cada tanto, que me dan bien”, avisa.

“Este 25 de junio cumplo 105 años. Tengo la misma edad que mi pueblo, aunque Hernando es en realidad un mes más viejo que yo”, concluye entre risas y con una mirada serena, propia de alguien agradecido con la vida.

ME LEVANTO A LAS 8 DE LA MAÑANA, DESAYUNO Y SALGO A CAMINAR UNAS 10 CUADRAS. DESPUÉS LEO LA VOZ, TODOS LOS DÍAS.

 ??  ??
 ??  ??
 ?? (LA VOZ) ?? En movimiento. Cipriano, en la plaza de Hernando. Jugó a las bochas hasta los 102 años. Hoy camina y hace gimnasia.
(LA VOZ) En movimiento. Cipriano, en la plaza de Hernando. Jugó a las bochas hasta los 102 años. Hoy camina y hace gimnasia.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina