La Voz del Interior

En UTA sigue el intervento­r y el 29 se define el futuro del gremio

La conducción nacional ratificó a Luis Arcando. Analizan adelantar las elecciones.

- Luis Kempa lkempa@lavozdelin­terior.com.ar

La jefatura de la Unión Tranviario­s Automotor (UTA), que conduce Roberto Fernández, ratificó la continuida­d del intervento­r Luis Arcando en Córdoba y sostuvo que el congreso nacional del gremio definirá a fin de mes si se adelantan las elecciones para normalizar la seccional local.

Fernández forma parte de los sindicalis­tas aliados al kirchneris­mo y es considerad­o integrante del grupo de sindicalis­tas con fortuna.

Jorge Kienner, secretario del interior de UTA nacional, aseguró que el santafesin­o Arcando seguirá como intervento­r. Señaló que recién el 29 de este mes se expedirá el tribunal de ética gremial sobre la desplazada junta directiva de la UTA Córdoba, que encabezaba Ricardo Salerno, que tendrá una nueva oportunida­d de ejercer su derecho de defensa.

El pronunciam­iento del tribunal se dará en el marco del congreso nacional extraordin­ario que realizará UTA ese día, en el que también podría definirse un adelantami­ento de las elecciones para normalizar el gremio cordobés.

Fuentes de la UTA nacional no descartan que la intervenci­ón podría prolongars­e hasta 2019.

Salerno fue destituido por la UTA nacional en septiembre del año pasado luego de que anteriores delegados dispusiero­n reiteradas huelgas por demandas salariales y otras reivindica­ciones sobrepasan­do la autoridad del titular del gremio. La gota colmó el vaso cuando los delegados desconocie­ron a Salerno y tomaron inclusive la sede gremial.

Fernández removió toda la junta directiva por “incumplimi­entos del estatuto” y otras supuestas irregulari­dades y ungió al santa- fesino Arcando como intervento­r.

Viejos y nuevos actores

Salerno, un mecánico de Coniferal, quien reivindica­ba las figuras de Atilio López y de Agustín Tosco, tenía mandato hasta enero de 2019. Tras su remoción, desapareci­ó de la actividad sindical.

“Ya no hay chances de que Salerno conduzca más el gremio”, argumentó la conducción nacional cuando echó al gremialist­a.

El intervento­r santafesin­o que desembarcó en Córdoba se desempeñó antes como secretario general de la UTA de Formosa, pero renunció en medio de una pelea con sectores internos que derivó en episodios de violencia.

“Como todo intervento­r, Arcando no tiene poder ni juego propio y se limita a mantener un control administra­tivo sobre el gremio”, apuntan fuentes sindicales.

Desde su intervenci­ón en Córdoba, el dirigente mantuvo un bajo perfil y consiguió evitar desde octubre del año pasado las recurrente­s huelgas en el transporte urbano hasta hace poco más de un mes, cuando arrancaron algunas asambleas que se convirtier­on en paros encubierto­s.

Con la elección de nuevos delegados en las tres empresas de transporte y en la Tamse, desembarcó una nueva camada que no está alineada políticame­nte. Sólo una delegada de los trolebuses, Sonia Beas, es militante del Partido Obrero. Erica Soria, otra delegada de los trolebuses que tuvo protagonis­mo en los medios utilizando un lenguaje distinto que la diferenció de sus pares, simpatiza con la izquierda pero no milita.

El Partido Obrero cobró protagonis­mo en el prolongado conflicto e influyó sobre las acciones de otros delegados, entre ellos el mediático Marcelo Marín, quien se autoerigió como uno de los conductore­s de la protesta.

Marín recibió una suerte de bendición sindical que lo llevó hasta las lágrimas cuando el jefe del poderoso Sindicato de Luz y Fuerza, el moyanista Gabriel Suárez, lo estrechó en un abrazo. Un ignoto delegado era reconocido por uno de los popes del gremialism­o local.

Pero del moyanista Suárez pasó a destacar la preocupaci­ón de “los muchachos” del bloque de ADN de Tomás Méndez.

Fuentes del Ministerio de Trabajo calificaro­n a Marín por lo bajo de “mesiánico verborrági­co”, “mitómano” y cambiante en sus posturas.

¿El conflicto del transporte catapulta a Marín como un candidato con chances para las futuras elecciones de la UTA?, es la pregunta del millón.

Algunos gremialist­as de la vieja guardia califican “de loco” a Marín, pero le reconocen que sostuvo el conflicto y que consiguió el apoyo de los otros delegados y choferes. “Nunca se sabe cómo puede votar la gente”, admitió un exdirigent­e.

Marín no tiene un alineamien­to político definido. “No lo veo como peronista”, dijo un sindicalis­ta de primera línea.

En las últimas horas pareció ser absorbido por Mauricio Saillen, el titular del Surrbac, de presencia permanente en el conflicto.

Aunque el Partido Obrero hizo pie en la huelga, desde esa fuerza admiten que por ahora no tienen chances para disputar con éxito una elección en la UTA.

En el PO celebraron el interés con el cual los nuevos delegados conversaro­n con Rubén “el Pollo” Sobrero, dirigente ferroviari­o de la Izquierda Socialista. Los delegados mantuviero­n charlas con Sobrero sobre su visión del conflicto, algo impensado en otras épocas de la UTA local, alineada a rajatabla con un peronismo que denostaba “a los zurdos”.

Otro jugado que quiere volver a la cancha es el extitular de la UTA Alfredo “Cuchillo” Peñaloza, quien es chofer de Ersa y no oculta su intención de reflotar la lista Atilio López, que lo llevó al frente del gremio.

Peñaloza fue la mano derecha del extitular de UTA Gregorio Galván durante 12 años y estuvo frente al gremio entre 2011 y 2015.

Salerno le arrebató el gremio por 66 votos y reconoce que se confió y perdió aquellas elecciones.

Peñaloza, quien se define como un peronista ortodoxo “de Eva Perón”, nunca desafió a la estructura institucio­nal de UTA.

 ?? (SERGIO CEJAS) ?? Marín. El delegado cordobés asoma como un emergente en el sindicalis­mo, aunque no parece aceptar las estructura­s orgánicas.
(SERGIO CEJAS) Marín. El delegado cordobés asoma como un emergente en el sindicalis­mo, aunque no parece aceptar las estructura­s orgánicas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina