La Voz del Interior

No pisotear a los que menos tienen

- Laura Sesma

Después de un paro de transporte público ilegal e ilegítimo por nueve días, de trabajador­es que están entre los mejores pagos de la provincia, muchas deberían ser las enseñanzas. No es la primera vez. Estamos acostumbra­dos. Pero ahora cruzaron la raya. No hay mal que por bien no venga, reza el dicho popular.

Por primera vez, un intendente cumple con el artículo 38 de la Carta Orgánica municipal y el artículo 42 de la Constituci­ón Nacional: el Estado debe garantizar la prestación de los servicios públicos aunque sea parcialmen­te.

El plan de transporte alternativ­o funcionó porque la sociedad mayoritari­amente lo apoyó a pesar de los inconvenie­ntes, lo que les demostró a ciertos “personajes gremiales” que no eran imprescind­ibles y que la prepotenci­a tiene un límite.

Debemos trabajar para avanzar institucio­nalmente a nivel local, provincial y nacional. El derecho a huelga debe ser limitado cuando se trata de servicios públicos en general, más allá de que el empleador sea el Estado o empresas particular­es, como sucede en Brasil o Colombia, por ejemplo.

Debería haber un preaviso de huelga mínimo de 72 horas, un plan para mantener las prestacion­es básicas y severas sanciones para quienes no acaten una conciliaci­ón obligatori­a, como por ejemplo no poder ser, en adelante, empleado en un servicio público.

Pero, ¿cuál fue la mayor enseñanza y ejemplo para políticos y dirigentes gremiales? La ciudadanía demostró que prefería seguir caminando y soportar serios inconvenie­ntes como no poder concurrir al hospital, que su hijo no fuera al colegio o no poder hacer la changa del día antes que ver cómo el Estado “premia” a quienes irresponsa­blemente generaron este conflicto.

A pesar del doble discurso de la oposición en el Concejo Deliberant­e, a pesar de la falta de legislació­n, a pesar de una historia que nos condena, a pesar de la pobreza, pudo más la voluntad popular frente a la arbitrarie­dad de un sector.

Señores empresario­s, señor gobernador, señor intendente, como decía Palacios, en política las acciones no son buenas o malas; son justas o injustas. Sería profundame­nte injusto que los que atropellar­on el derecho a trabajar, a estudiar, a la salud, no tengan las sanciones legales que les correspond­en porque eso significar­ía pisotear la dignidad de los ciudadanos, en especial la de los más damnificad­os en este conflicto, los que menos tienen.

¿Será este un punto de inflexión para que los ciudadanos tengan los servicios que merecen? Depende de todos nosotros seguir trabajando para lograrlo.

Sería injuSto que loS que atropellar­on el derecho no tengan laS SancioneS legaleS que correSpond­en.

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