Un final inédito en décadas de paros de UTA
LOS DELEGADOS DE UTA ACTUARON IGUAL QUE SIEMPRE. FUERON LAS INSTITUCIONES DE CóRDOBA LAS QUE ESTA VEZ NO ACEPTARON EL ATROPELLO.
Hace por lo menos dos décadas que todos los paros de la UTA Córdoba terminaban igual: para lograr que los colectivos volvieran a las calles, se concedieron de modo casi sistemático los aumentos solicitados, y además siempre se volvió atrás con las eventuales consecuencias que supone para los delegados desconocer a las autoridades gremiales, violar una conciliación obligatoria o cruzar la barrera de la ilegalidad.
Hoy dedicamos el 10° Primer plano consecutivo al transporte urbano para cronicar las distintas aristas de un final completamente atípico para un paro de transporte en la ciudad de Córdoba: el conflicto más extendido y más profundo en años terminó quebrado por el peso de su irracionalidad y por un esquema alternativo de colectivos que se articuló después de una semana de maltrato a los usuarios e impotencia de los encargados de encauzar la negociación.
Los delegados de UTA actuaron como lo venían haciendo desde hace años, y además esta vez tuvieron el apoyo de otros gremios. La mansa resignación de los usuarios fue igual a la de otros tantos paros. Lo que cambió esta vez en Córdoba fue la respuesta institucional, en especial de la Municipalidad de Córdoba: no era cierto que el Estado no podía hacer nada ante una medida gremial abusiva. No era imposible que municipio, Provincia y Nación pudieran encolumnarse en defensa de los usuarios. No es verdad que los vecinos de la Capital estén condenados a vivir sobresaltados y a quedarse a menudo sin servicios públicos por la ausencia de límites institucionales a tres o cuatro gremios acostumbrados a negociar invariablemente sobre el padecimiento de la población.
A esta crónica le faltan unos cuantos días para llegar a su final. Resta una ardua discusión sobre los despedidos en el marco del conflicto. Y, sobre todo, que la voluntad política de la dirigencia local logre definir y consensuar nuevas reglas de juego para los reclamos gremiales.