La Voz del Interior

¿Filicidio ritual?

La madre del niño de 4 años, cuyos restos apareciero­n en Pilar, permanece detenida. Pese a que confesó, la fiscalía sospecha que la mujer no cuenta todo y encubre a alguien.

- Augusto Laros Especial

El viernes pasado, Paola Cuartara confesó que había matado a su hijo de 4 años y mostró dónde lo había enterrado. Pero el horror no termina ahí: la Justicia tiene varias hipótesis. Una, que el pequeño podría haber sido víctima de un ritual de magia negra.

La fiscaL no descarta que eL niño haya sido producto de abusos, pero paoLa aún no decLaró nada en ese sentido.

Pese a que la joven llamó a la Policía y confesó haber matado a su pequeño hijo de 4 años y a que, incluso, llevó a los agentes hasta el lugar adonde encontraro­n los restos del niño en Pilar, para la Justicia provincial aún falta casi todo por aclarar.

Es que a cinco días de descubrirs­e una historia de espanto en esa localidad ubicada a 45 kilómetros de la ciudad de Córdoba, en el departamen­to Río Segundo, las certezas no abundan: sólo está claro que Luciano fue asesinado.

En el medio, sobran las conjeturas. Desde que el niño fue fruto de una serie de violacione­s hasta que pudo haber sido víctima de un ritual de magia negra en la que participar­on otras personas, las especulaci­ones que giran en torno de este drama lo hacen cada vez más oscuro.

El viernes a las 22.17, Paola Patricia Cuartara (30) llamó al 101 y confesó: “No doy más, hace tres meses cometí una locura. Maté a mi hijo”.

Esa misma noche, la mujer esperó a los policías a un costado del camino, en una zona rural alejada del pueblo, y los llevó hasta una construcci­ón abandonada. Allí los agentes hallaron los restos del pequeño asesinado.

Luciano Gabriel Cuartara había nacido el 7 de febrero de 2013. El cuerpo ni siquiera estaba enterrado. “Lo habían dejado como sentado”, graficó una fuente con acceso al caso.

Según dijo Paola, para matarlo le ató las manos y le puso una bolsa en la cabeza.

Y agregó que tomó semejante determinac­ión porque no podía superar la muerte de otro hijo recién nacido, que falleció en julio pasado por causas naturales.

Sin embargo, a los investigad­ores hasta ahora nada les cierra. Por eso, no descartan que haya participad­o otra persona. Y que Paola no esté contando toda la verdad. “Creemos que encubre a alguien”, deslizó ayer un informante que sigue de cerca el caso.

Al mismo tiempo, todavía no está claro si la mujer tiene algún problema mental, tal como aseguran varios en Pilar.

La fiscal de Río Segundo, Patricia Baulies, dijo que se analiza si Paola era abusada, ya que también hay versiones que así lo aseguran, aunque aún ningún testigo declaró algo en este sentido.

“Tienen que estar dispuestas a declarar esas personas que dicen eso. Si me tiran una punta voy a hacer examen de ADN y si me sale uno positivo voy a hacerle a todas las hijas de las hermanas de Paola. Es importante determinar las circunstan­cias en las que la mujer hizo esto, porque sería un atenuante para su pena”, indicó la fiscal.

Consultada sobre la otra hipótesis, que indica que Luciano pudo haber sido asesinado en una suerte de ritual macabro, Baulies se mostró al tanto: “No me extrañaría lo del sacrificio. Hay quienes dicen que el padre de Paola se dedica la magia negra”.

Es otra línea en la que se está indagando.

En ese sentido, vecinos de la zona donde vive la familia de Paola dijeron que unos días antes del hallazgo del cuerpo de Luciano vieron gallinas colgadas en el lugar donde fue encontrado el cadáver, al parecer, como parte de un ritual.

Familia

Los padres de Paola se separaron hace 18 años y tanto Paola como sus cuatro hermanas se quedaron a vivir con el hombre.

Noelia, una de las hermanas, aseguró ayer que Paola no fue abusada en el círculo familiar y aún descree que el cadáver encontrado sea su sobrino.

“Paola nos dijo que Luciano estaba en San Luis con su padre. Hacía varios meses no lo veía, pero le creí”, argumentó al ser consultada sobre los motivos que llevaron a que nadie buscara durante estos meses al pequeño.

Es que a nivel oficial no había ningún registro que indicara que Luciano estaba desapareci­do. O sea, si Paola no llamaba a la Policía, hoy nadie buscaría al pequeño asesinado.

Si bien la mujer dijo que lo mató hace tres meses, en la causa se especula con que todo sucedió el año pasado, en noviembre.

Noelia contó que Paola actualment­e vivía en Tanti, con una nueva pareja.

“El otro día vino a visitarnos y nos dijo que había matado a Luciano; después se lo dijo a la Policía”, agregó.

Al ser consultada por las versiones de un ritual macabro, Noelia dijo que padre no hace magia negra, sino que “es parapsicól­ogo y ayuda a la gente”.

Paola tiene otra hija, de 12 años, que siempre vivió con su abuelo, al que llama “papá”.

ADN

Cuando Luciano nació, Paola estaba en pareja con un hombre varios años mayor que ella, de apellido Ferreyra, quien durante un tiempo creyó que era el padre biológico del niño.

Sin embargo, tiempo después comenzó a sospechar de que ese hijo no había sido engendrado por él, por lo que fueron a Tribunales y se sometieron a un examen de ADN que confirmó que él no era el padre. Por lo cual se separaron.

Desde entonces, Ferreyra insistió varias veces para que los funcionari­os de la Secretaría de la Niñez, Adolescenc­ia y Familia (Senaf) fueran a la casa de Paola y de sus hermanas para constatar cómo vivían. “Pero nunca fueron”, se quejó.

Ayer, en Tribunales de Río Segundo varios recordaron cuando Paola llegaba a esa sede judicial con Luciano, en medio de aquella disputa que terminó con el estudio de ADN.

Y, lejos de lo que podría pensarse ahora, todos dicen que ella se mostraba muy cariñosa con el niño y jamás notaron nada extraño.

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(LA VOZ) Hallazgo. El cadáver fue encontrado el viernes a la noche en una construcci­ón abandonada.

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