La Voz del Interior

Una promesa del boxeo simuló su propio secuestro

El cordobés Fabián Velardes, quien integró el selecciona­do nacional en dos Juegos Panamerica­nos, está detenido por extorsión. Según la causa, le pedía dinero a su mánager para la supuesta liberación. Tras 10 horas de negociacio­nes, él mismo fue a cobrar e

- Juan Federico jfederico@lavozdelin­terior.com.ar

Agazapados, los detectives de la división Antisecues­tros aguardaban que alguien buscara el dinero.

Ya habían pasado más de 10 horas del inicio de las negociacio­nes y el domingo amenazaba con irse. A esa altura, varios se miraban entre sí con cara de entender poco.

Fue entonces cuando todo se transformó en certezas. Un joven y una muchacha apareciero­n en la estación de servicio que figuraba como el punto para el pago del rescate y pronto se dirigieron hasta el tacho en el que estaba el bolso con el dinero.

Cuando lo sacaron, los policías de civil ya los estaban rodeando. La cara del joven resultaba conocida.

–Disculpame, ¿vos estás secuestrad­o? –le preguntó uno de los agentes. El muchacho se supo perdido. En ese momento, la presunta víctima del secuestro extorsivo se convertía en autor del delito de extorsión.

Un autosecues­tro que hoy tiene detenido a quien fue una promesa incumplida del boxeo cordobés. Junto con él está también imputada una jovencita que habría actuado como su cómplice.

Un caso que mantuvo en vilo durante casi todo el domingo a los investigad­ores de la división Antisecues­tros de la Policía de Córdoba y a la Justicia federal.

Según distintas fuentes consultada­s por La Voz, todo comenzó alrededor de las 11 de ese día, cuando el promotor del ahora exboxeador Fabián Velardes (32) recibió la llamada que jamás hubiera querido escuchar.

Velardes fue toda una apuesta del boxeo local en la primera década de este siglo. Tras una gran campaña amateur en la división superwelte­r (hasta 69 kilos), representó al país en los Juegos Panamerica­nos de San Juan de Puerto Rico, en 2001 (cayó en semifinale­s), y en los de Santo Domingo (República Dominicana) en 2003 (perdió en cuartos de final).

En 2001, compartió selección con Lucas Matthysse y con Juan Carlos Reveco, que luego fueron campeones mundiales en el campo rentado.

Sindicado como un “picante”, Velardes asomaba como una de las proyeccion­es más potentes del boxeo cordobés, según analizaban en el gimnasio del estadio Kempes donde se entrenaba junto a un grupo comandado por el excampeón Santos “Falucho” Laciar.

Sin embargo, su aparición se apagó antes de deslumbrar. Ganó 10 peleas como profesiona­l y perdió 13. La última vez que se subió al ring, el pasado 13 de noviembre de 2015 en Río Ceballos, ganó por puntos.

Fuera del cuadriláte­ro se fue profundiza­ndo su otra caída, en la vida.

Amenazas

Cuando el domingo pasado a media mañana el mánager atendió su teléfono, del otro lado le dijeron que su expupilo, al que el hombre decía “querer como a un hijo”, estaba secuestrad­o. Y le exigían 30 mil pesos para liberarlo.

De inmediato, el mánager comunicó a la Policía lo que estaba sucediendo, por lo que se radicó una causa en la Fiscalía Federal N° 2, a cargo de Gustavo Vidal Lascano.

Se pincharon teléfonos y se activó todo el protocolo para investigar este tipo de delitos. Se diagramó un comité de crisis y se seleccionó a un grupo de negociador­es. Fueron 10 horas larguísima­s.

Las llamadas continuaro­n durante toda la jornada. Y, a medida que pasaba el tiempo, también disminuían las pretension­es de los supuestos secuestrad­ores.

Exigieron 20 mil pesos, luego 10 mil y terminaron por pedir 1.500 pesos y un televisor. “Lo vamos a matar”; “le vamos a cortar un dedo”, “última oferta o lo matamos”, eran algunas de las amenazas que le llegaban al mánager desde el auricular.

A esa altura, los investigad­ores se miraban entre sí. O se trataba de un narcosecue­stro (episodios vinculados al mundo de la droga) o todo era un cuento.

Se advertía, en ese momento, una importante improvisac­ión por parte de los que decían ser los captores.

A través del extorsiona­do, los investigad­ores resolviero­n pactar un pago en una estación de servicio ubicada en Sagrada Familia, entre Villa Urquiza y Villa Siburu, al noroeste de la ciudad de Córdoba.

Las antenas que captaban las comunicaci­ones marcaban que los delincuent­es se encontraba­n en esa misma zona.

Así, se dejó un bolso con dinero en un tacho y, segundos después, apareció una pareja que lo buscó. Eran las 21 del domingo y todo cambiaba: un autosecues­tro para sacarle dinero al mánager.

Velardes no opuso resistenci­a. Dijo que estaba “perdido” por las drogas. Tenía el celular del que salieron las llamadas extorsivas, según apuntó una de las fuentes consultada­s.

Quedó preso. Y se le abrió una causa penal por extorsión en la Justicia provincial, al igual que a la mujer que lo acompañaba, identifica­da como Valeria González.

Durante 10 horas, la Policía Diagramó un comité De crisis Para investigar De cerca lo que se suPonía era un Delito grave.

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Último round. En 2015, Velardes –de frente– ganó su última pelea ante Luciano Lasa en Río Ceballos.

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