“Métodos del pasado”
Cuba rechazó los anuncios de Trump y vaticinó que fracasarán.
El Gobierno cubano afirmó que cualquier estrategia que pretenda cambiar el sistema en la isla está condenada al fracaso, y aseguró que Estados Unidos no está en condiciones de dar lecciones sobre derechos humanos. Sin embargo, insistió en su voluntad de continuar el diálogo y la cooperación con su vecino. El comunicado apuntó que la administración Trump recurre a “métodos coercitivos del pasado” al adoptar medidas de recrudecimiento del bloqueo, que “provoca daños y privaciones” al pueblo cubano y constituye un “innegable obstáculo” al desarrollo de la economía de la isla. con la isla tendrán vías alternativas para eludir lo que dice la fría letra de un decreto.
De hecho, desplazarse por los puntos más emblemáticos de La Habana o viajar por aire, mar o tierra hacia Santiago, en el otro extremo del archipiélago, implicaba hace un par de meses toparse con decenas o cientos de norteamericanos que transgredían restricciones que nunca dejaron de estar vigentes. Desde inicios de este año y hasta fines de mayo pasado, 284.565 estadounidenses visitaron Cuba, en un aumento exponencial que en cinco meses igualó la cifra de viajeros del año pasado. Y las reservas para este verano mantienen esa tendencia.
Los turistas estadounidenses llegan bajo el paraguas de viajes científicos, educativos, religiosos, humanitarios o con otros rótulos que seguramente seguirán siendo usados ahora que Trump anunció que los puentes construidos por Obama serán demolidos.
Y los negocios que Trump declaró que impedirá buscarán intermediarios o terceros dispuestos a evitar que la incipiente apertura económica auspiciada por Raúl Castro deje afuera a los vecinos del Norte.
Desde La Habana, la primera reacción oficial ante los anuncios de Trump llegó con un documento oficial emitido antenoche. “Cualquier estrategia dirigida a cambiar el sistema político, económico y social en Cuba… a través de presiones e imposiciones, o empleando métodos más sutiles, estará condenada al fracaso”.
Voces de la oposición en la isla sugirieron incluso que las medidas de Trump pueden tener un efecto opuesto al declamado. El proceso electoral que comenzará en octubre en Cuba y que culminará en marzo de 2018, con la salida del poder de Raúl Castro, dará paso a una nueva generación en la isla, cuyos gobernantes no serán ya quienes hace casi 60 años forjaron la Revolución desde la Sierra Maestra. De esa realidad, la Casa Blanca pareciera no haber tomado debida nota.