La Voz del Interior

La autopsia lo delató y el yerno fue a la cárcel

El crimen de la mujer ocurrió el 25 de mayo en villa El Nailon, en medio de un tiroteo entre dos grupos enfrentado­s. La autopsia indicó que el balazo que la mató no correspond­ía con las armas de los otros detenidos.

- Juan Federico jfederico@lavozdelin­terior.com.ar

Sucesos

En el mundo forense se repite, casi como un latiguillo, que hay momentos en los que los cadáveres “hablan”. Los que trabajan en la morgue, los investigad­ores de Homicidios, fiscales y jueces muchas veces esperan que ese instante suceda, ya que termina por orientar un crimen demasiado enmarañado.

Esto parece haber ocurrido en torno a la investigac­ión por el asesinato de Stella Maris Barrera, la mujer de 53 años que el pasado 25 de mayo a la siesta fue asesinada en medio de un tiroteo en villa El Nailon. Un sector empobrecid­o de la ciudad de Córdoba que tiene a sus propios vecinos como rehenes de una violencia alimentada por la proliferac­ión de las armas de fuego en las manos equivocada­s y el comercio ilegal de drogas.

Hasta hace pocos días, en la mesa de los investigad­ores de Homicidios de la Policía, liderada por la fiscal de Distrito 3 Turno 4, Claudia Palacios, había varias certezas, aunque faltaba la respuesta para la duda principal.

Se sabía que aquella siesta se produjo una balacera entre dos familias enfrentada­s desde hacía tiempo, “los Tucumanos” y los Cabanillas, y que en medio de los tiros cruzados había muerto Barrera cuando se asomaba a la puerta de su casa de Mendoza y Mendiolaza.

La mujer tenía cuatro orificios de bala, y en la mesa de la Morgue Judicial se comprobó que había sido atravesada por dos proyectile­s.

Sólo se tenía una parte pequeña de uno de ellos, por lo que se encargó un estudio complement­ario para develar a qué calibre correspond­ía.

Y recién ahora, se estableció que el balazo que la mató habría sido disparado por su propio yerno, hoy detenido.

Versiones

Entre el día del crimen y las horas posteriore­s se realizaron seis detencione­s: cinco allegados a los Cabanillas y un joven de apellido Moyano, novio de la nieta de Barrera (de “los Tucumanos”).

También se habían secuestrad­o una escopeta recortada, un revólver calibre 38 y otro 22 que habrían llevado los Cabanillas.

Pero entre todos los que participar­on, ¿quién de ellos disparó el arma de la que salieron los balazos que mataron a la mujer?

La duda sólo podía tener alguna certeza gracias al trabajo forense.

En el medio, abundaban las versiones.

Desde la cárcel, Mariano “el Tuerto” Cabanillas, el principal acusado, aseguró a La Voz que si bien él participó de la balacera, fue otro quien mató a la mujer.

“Ya les dije a los policías. Yo sí le metí el escopetazo en la pierna a Moyano y lo volvería a hacer. Pero no maté a esa mujer”, apuntó desde el pabellón MX2.

Cabanillas dijo que todo se trató de una emboscada. Y que en la esquina de Mendoza y Mendiolaza, donde se produjo el asesinato de Barrera, “los Tucumanos” los estaban esperando con más tiros.

Desde un principio aseguró que uno de los líderes de esta banda familiar, Gerardo Daniel “el Gordo” Bazán, portaba una pistola nueve milímetros y que fueron esos proyectile­s los que mataron a Barrera cuando se asomó en medio de la balacera.

Bazán es el yerno de la mujer asesinada. Junto a ella y su cuñado Lucas Rodríguez (hijo de Barrera) tienen pendiente una causa por narcomenud­eo, elevada a juicio hace poco por el fiscal antidrogas Sebastián Romero.

En diciembre de 2015 se les secuestrar­on 81 dosis de cocaína, 162 dosis de marihuana, 12.200 pesos en efectivo, balanzas, celulares y diferentes elementos que habrían sido utilizados para el fraccionam­iento y expendio de sustancias, según consta en la causa.

De acuerdo a lo que contaron los Cabanillas, los problemas con “los Tucumanos” se remontan a fines de la década de 1990. Desde entonces, los enfrentami­entos han sido periódicos y cada vez más virulentos.

¿Qué sucedió el 25 de mayo? Según la causa, Gonzalo Ariel Moyano atacó a tiros el frente de la casa de Mariano Cabanillas. No está claro si le recriminab­a por el robo de un electrodom­éstico o si había otra disputa aún no aclarada.

De inmediato, Cabanillas salió tras él con una escopeta recortada. A la persecució­n se sumaron al menos tres familiares y allegados suyos.

Hasta que en la esquina de Mendiolaza y Mendoza, Barrera cayó muerta en la puerta de su precaria vivienda.

Antes, Moyano quedó con una pierna destrozada tras ser baleado desde muy corta distancia con la escopeta.

Cabanillas y sus dos hijos también resultaron heridos a balazos en las piernas.

“Nos estaban esperando a los tiros”, denunció desde la cárcel.

Y estos dichos parecen haber tomado mayor sustento en las últimas horas, cuando a la fiscalía llegaron los resultados de un peritaje forense clave: Barrera murió por culpa de dos proyectile­s calibre nueve milímetros.

Al analizar este dato, y con otros testimonio­s recogidos por los investigad­ores en la zona, la fiscal ordenó el lunes la detención del yerno de Barrera, “el Gordo” Bazán, a quien le endilgan, presuntame­nte, el crimen.

La captura se produjo en un domicilio de Ávila y Quirós, entre villa El Nailon y Marqués Anexo. Bazán está imputado por “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego”, al igual que otros cinco de los detenidos.

 ?? (JAVIER FERREYRA / ARCHIVO) ?? Violencia extrema. La balacera se desarrolló durante varios metros, a plena luz del día y ante la vista de muchos vecinos. La mujer murió en la puerta de su casa.
(JAVIER FERREYRA / ARCHIVO) Violencia extrema. La balacera se desarrolló durante varios metros, a plena luz del día y ante la vista de muchos vecinos. La mujer murió en la puerta de su casa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina