Lejos de casa, en busca de un nuevo hogar

TRASLADARSE EN BUSCA DE UN MEJOR LUGAR PARA VIVIR ES UNA NECESIDAD HUMANA BáSICA, SEAN CUALES FUEREN LOS MOTIVOS.

Si no existieran las grandes migraciones, está claro que el mundo no sería lo que es. No sólo costaría imaginarlo, sino que resultaría imposible concebirlo.

Desde que nuestros ancestros del paleolítico se largaron a buscar nuevos horizontes, hace unos 60 mil años, el mundo es ese crisol de razas sin el cual probablemente no estaríamos donde estamos, más allá de las calificaciones que cada cual quiera ponerle a este estado de cosas. Trasladarse en busca de un mejor lugar para vivir es una necesidad humana básica, sean cuales fueren los motivos.

Nuestro Primer plano de hoy, en páginas 3,4 y 5, muestra un capítulo más de esa historia.

Ahora son los senegaleses los que llegan en busca de un destino mejor, como lo siguen haciendo bolivianos, peruanos o paraguayos, o como lo hicieron tantos europeos en los siglos 19 y 20.

Al mismo tiempo, nuestras páginas de la sección Internacionales –18 y 19– reflejan otra arista del fenómeno: la guerra, la violencia y los desastres naturales han dejado una cifra récord de 65,6 millones de personas en situación de desplazamiento forzado hasta finales de 2016, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur). Con terribles consecuencias para la mayoría.

Algunos de los senegaleses que llegaron Córdoba lo hicieron con estatus de refugiados.

En enero de este año, organizaciones de derechos humanos encendieron la alarma por el decreto 70/2017 del Gobierno argentino, que busca acortar los tiempos para definir la expulsión de personas de nacionalidad extranjera con antecedentes penales, que en algunos casos puede llegar a tardar siete años, e imponer controles más estrictos para evitar que operen y permanezcan en el país.

Hasta ahora, no se cumplieron esos vaticinios, lo que no impide estar alertas. Para que los inmigrantes no se transformen, como a veces pasa, en el blanco de los vivos de siempre que buscan enemigos de afuera para negar sus propias responsabilidades.