El gatillo, etapa superior del ajuste por inflación
no es lo mismo la paliza de la inflación para quienes tienen ingresos fijos en la actividad privada que para quienes cobran sueldos del sector público. Ya se sabe.
Los gremios estatales tienen una patronal desdibujada (la ciudadanía que paga impuestos), cuyos gerentes (políticos) no pierden plata de su bolsillo cuando las cosas van mal. En el peor de los casos, pierden votos. Pero eso recién duele al final del mandato.
Por eso, no sólo los salarios son mucho más altos en el sector estatal. Hay varias ventajas más. Cuando Argentina redescubrió la inflación creciente, repuso viejos mecanismos: los gremios estatales suelen ser los primeros en el año en recibir aumentos; esas subas suelen ser mayores; cuando la inflación se aceleró, fueron los primeros en comenzar a pactarlos dos veces al año (y luego tres, en algunos casos).
Ahora, el Sindicato de Empleados Públicos de Córdoba (beneficiado con un aumento y con una baja de aportes a la Caja) será el primero al cual se le activará una cláusula gatillo, al haberse superado un nivel determinado de inflación, pactado en la paritaria.
La cláusula gatillo es la etapa superior del ajuste por inflación.
La patronal difusa mira desde afuera. Los distintos niveles del Estado, incluida en este caso la Provincia, parecen haber agotado ya la posibilidad de aumentar impuestos para financiar el gasto público. Nación, provincias y municipios también van camino a consumir su capacidad de endeudarse. Todos vienen abaratando al límite de los servicios que ofrecen al ciudadano (bajando la calidad o cantidad de esa oferta).
Queda una alternativa: emitir pesos sin respaldo, cosa que sólo puede hacer la Nación, pero que indirectamente llega a las billeteras de gobernadores, intendentes y todos sus empleados. Pero eso es justamente lo que genera la inflación que se quiere frenar.
A esta nueva etapa del círculo vicioso del gasto público y la inflación dedicamos el Primer plano de hoy.
los gremios estatales tienen una patronal desdibujada: la ciudadanía que, resignada, paga impuestos.