Perdido en Tandil
El equipo dirigido por Demaría jugó un muy mal primer tiempo y cayó 1-0 frente a Santamarina. Así, la Gloria desperdició una gran chance de arrimarse a Chacarita.
Instituto llegó anoche a Tandil con la misión de sumar tres puntos imprescindibles para no alejarse de la lucha por el segundo ascenso. Pero jugó un muy mal primer tiempo y con el paso del partido lo terminó pagando muy caro. Santamarina aprovechó su mejor momento y con un gol tempranero, que llegó por Lucas Acevedo, se llevó el premio mayor, y dejó a la Gloria otra vez en cuclillas y obligado a recuperarse rápido para que el tren del anhelado ascenso no se le escape.
Desde que arrancó el partido, la pelota y el control de los espacios fueron siempre de Santamarina, que los tuvo a través del muy buen trabajo de Gómez Metil, con el número 9 en la espalda, pero jugando como un extremo por derecha; y con Ezequiel Barrionuevo jugando por todo el frente de ataque y tratando de habilitar a Diego Sosa, a Leonel Pierce y, fundamentalmente, a Martín Michel.
Instituto no encontró las marcas desde el comienzo del partido. Por eso, a los 5 minutos, en la primera chance que tuvo Santamarina, vino un centro desde la derecha del “Indio” Barrionuevo, González Bordón la bajó de cabeza, llegó Acevedo y marcó.
Fue un shock muy fuerte para Instituto, que intentó reaccionar tratando de tener la pelota con Matías Nizzo y habilitando por izquierda a Esteban Orfano. Ese fue el camino por el que Instituto buscó inquietar, pero recién llegó con profundidad a los 38m.
Eso demuestra que lo poco que tuvo la pelota y lo desconcertado que estuvo la Gloria, que perdió siempre las marcas en especial por Endrizzi. A los 21m, Brian Olivera volvió a salvar el arco con un manotazo, frente a un disparo de Sosa que se le metía de emboquillada. A los 34, otra vez se salvó Instituto con una pelota que perdió Víctor López, y Michel le dio desde fuera del área y la pelota se fue sobre el travesaño.
Cambio de actitud
Obligado a reaccionar para torcer el rumbo del partido, La Gloria mejoró su accionar en el complemento. Rosales y Nizzo se tornaron más activos, se encontraron con la pelota y empezaron a llevar peligro al arco de Papaleo. Los cambios que hizo Arzubialde le permitieron al equipo de Demaría seguir con vida. El DT hizo ingresar a tres delanteros a lo largo del segundo tiempo: Magnín, Castelli y Jara, con el objetivo de lograr el empate, y terminó defendiendo con tres.
Fue una muestra clara de que Instituto lo buscó, pero aun así le faltó la puntada final y precisión para lograr el empate, y en un par de ocasiones, en las últimas jugadas cuando el partido se moría (a los 43m), Olivera volvió a salvar el arco de la Gloria.
Instituto había recuperado actitud, sacrificio y entrega, y durante todo el segundo tiempo dejó la impresión de que el empate llegaría, pero del mismo modo, en cada contra que el ingresado Jonathan Chaves, Pierce o Michel encabezaban, dejaban la misma impresión: que el segundo gol del local podía llegar de un momento a otro.
En esa ida y vuelta, desordenada y turbulenta, terminó sacando mejor provecho Santamarina, que siempre tuvo en el primer toque y en la salida rápida las armas que le faltaron a Instituto. En especial en el primer tiempo, en el que mostró esa otra cara que había disimulado en la minirracha victoriosa de los últimos tres partidos y que, lamentablemente, volvió a aparecer en condición de visitante.
Una historia que en Instituto se repite y parece no tener fin. Cuando tiene que aprovechar las oportunidades que le da el torneo, las deja pasar y sus chances se desinflan.
Todavía le quedan seis fechas y nada está terminado. Pero evidentemente deberá cambiar muchas cosas para lograr la regularidad que todavía no encuentra.