La Voz del Interior

Sin pistas de quienes tiraron la pedrada que le dio a Rosalía

Los pesquisas creen que sería una patota que se escondió en un asentamien­to cercano. Buscan testigos que permitan guiar la causa. La mujer sigue grave y conectada a un respirador.

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A cuatro días de la brutal pedrada que destrozó un parabrisas e impactó de lleno en la cabeza de una pasajera, quien terminó perdiendo un ojo y quedó en grave estado, la Justicia y la Policía trabajan para identifica­r y atrapar a quienes están detrás de este ataque. Sin embargo, no hay pistas concretas, pese a la existencia de algunas sospechas aisladas.

Rosalía Natalia Paz (44), una riojana que regresaba a su provincia junto a su esposo, sufrió el brutal ataque el lunes a la noche cuando el colectivo de larga distancia circulaba por la variante Juárez Celman, a la altura de Villa Guiñazú, al norte de Córdoba.

Una o más personas arrojaron varias piedras desde un puente y una de estas dio en el ómnibus. Rosalía viajaba en la primera fila, en el primer piso de la unidad. La mujer permanece internada en grave estado en el Hospital de Urgencias. No fue un caso aislado, más bien todo lo contrario.

Tal como se informó en la edición de ayer de La Voz, por lo menos desde la semana pasada se vienen registrand­o diversos ataques con pedradas, desde ese mismo lugar, a vehículos.

El viernes 16 pasado, por caso, se había registrado otro grave episodio. Sucedió que una pedrada dio en la cabina de un camión con acoplado que viajaba a Córdoba con una carga de azúcar. El camionero esquivó el proyectil, pero al pegar un volantazo no pudo evitar que el rodado volcara.

Tras el ataque del lunes pasado contra Rosalía, la Policía implementó una custodia en el sector.

Investigac­ión compleja

Por el brutal ataque contra el colectivo que iba hacia La Rioja no hay detenidos ni imputados.

Las sospechas de los pesquisas se centran en una patota. De todas formas, no hay pistas concretas.

El fiscal Marcelo Fenoll no tiene dudas: se trató de un intento de robo. Los agresores pretendían que el colectivo frenara para robar pertenenci­as de los pasajeros.

Sin pistas concretas, el fiscal dispuso que pesquisas de la Unidad Judicial de Robos y Hurtos trabajen en el caso.

No hay filmacione­s ni cámaras de seguridad. El chofer del colectivo no vio demasiado.

Los pesquisas sospechan que los agresores, a tenor de los últimos episodios, se escondería­n en sectores cercanos, como tres villas de emergencia que se ubican a la vera de la variante.

Sin suerte por ahora, los detectives buscan testigos que permitan obtener alguna pista concreta. “Siempre alguien ve algo, o sabe algo. Es saber buscar y dar garantías de que no sufrirán represalia­s”, contó ayer un sabueso.

Sigue internada. Rosalía, quien trabaja como empleada doméstica en La Rioja, sufrió la pérdida de su ojo derecho a raíz del tremendo impacto. Además, sufrió serios traumatism­os en el cráneo. Ya fue operada. Permanece internada, conectada a un respirador, en terapia intensiva.

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(MARTÍN BAEZ / ARCHIVO) Piedras listas. Debajo de la baranda, se ven cascotes que los vándalos dejaron para tirar.

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