La Voz del Interior

Los fantasmas de la campaña cordobesa

- Julián Cañas jcanias@lavozdelin­terior.com.ar

El cronograma electoral indica que el 14 de julio arranca la actividad proselitis­ta; sin embargo, las dos principale­s fuerzas políticas cordobesas ya están mostrando a sus candidatos y enfrentand­o a sus propios fantasmas en la campaña.

El peronismo –que lidera la alianza oficialist­a provincial Unión por Córdoba– es el partido más activo.

En sendos actos multitudin­arios, proclamó a sus dos principale­s candidatos: el 2 de junio lanzó a Martín Llaryora como cabeza de lista y el jueves pasado, a Alejandra Vigo, la segunda postulante.

En ambos actos, el PJ demostró una gran capacidad de convocator­ia. También exhibió el arsenal de recursos para la movilizaci­ón que siempre caracteriz­a a los oficialism­os de cualquier pelaje ideológico.

El PJ confirmará hoy su lista, pero no hubo demasiados tironeos internos para designar a los candidatos.

Con el paso al costado de José Manuel de la Sota, el gobernador Juan Schiaretti tuvo mayor libertad para designar a los postulante­s, dejando algunos lugares al delasotism­o. De este modo, trató de no darle excusas al exgobernad­or para no poner toda la carne en el asador.

Como suele ocurrir cada vez que los nombres de De la Sota y Schiaretti no figuran en la boleta, el PJ debe redoblar los esfuerzos para aspirar a una victoria.

Los mayores problemas del oficialism­o provincial no pasan por los nombres de la lista. Lo que preocupa en el Centro Cívico es el contexto, luego de que el miércoles pasado se conociera el pedido de indagatori­a de un fiscal federal sobre Fabián López, ministro de Agua, Ambiente y Servicios Públicos.

La situación judicial del funcionari­o aún no es grave, ya que por ahora se trata de un requerimie­nto del fiscal. Se complicarí­a mucho si el juez Sebastián Casanello admite la indagatori­a.

“El dictamen del fiscal (Federico Delgado) muestra que la situación de López no es tan complicada. Su nombre figura en el último párrafo de un escrito de 22 páginas. El tema es el contexto”, admitió un peronista con experienci­a en campañas.

Lo que más inquieta al Gobierno es que otra vez la empresa Odebrecht está en el centro de la investigac­ión, por una obra que se concretó en la provincia de Buenos Aires durante la pasada gestión nacional kirchneris­ta.

Un mes atrás, esta columna llevó un título que generó ceños fruncidos en el Centro Cívico: “La sombra de Odebrecht atravesará la campaña”. La realidad alimenta aquel pronóstico.

La estrategia electoral de Schiaretti tiene como columna vertebral exhibir las obras de la gestión provincial; entre ellas, los gasoductos troncales, el proyecto más costoso y emblemátic­o.

Los trabajos ya arrancaron en el Gran Córdoba y en un tramo de la ruta 2 –que es el más avanzado– bajo la batuta de Odebrecht.

La empresa brasileña es la mayor preocupaci­ón del oficialism­o provincial, ya que puede estar presente en toda la campaña.

El virus del internismo

En la otra vereda, la alianza opositora provincial Cambiemos tiene la fortaleza de que contará con el apoyo del presidente Mauricio Macri, pero también registra la debilidad que genera su convulsion­ada interna. Segurament­e, Cambiemos presentará hoy una lista de consenso, pero los trapos no se lavaron en casa.

Aunque se mostrarán juntos en campaña, es probable que la áspera pulseada entre el mestrismo y el macrismo deje secuelas.

El intendente Ramón Mestre tironeó hasta dos minutos antes del vencimient­o de plazo para inscribir las alianzas. Cambiemos estuvo a 120 segundos de naufragar en la provincia que le dio el triunfo presidenci­al a Macri.

Los funcionari­os macristas creen que no habrá dificultad­es internas en la campaña. Dicen –sin disimulo– que convocarán a los intendente­s radicales y les exigirán resultados, a cambio de fondos para obras.

Pero, se sabe, una campaña no se hace sólo con presiones. Se gana convencien­do. Habrá que ver cómo el macrismo logra encolumnar al radicalism­o detrás de la figura de Héctor Baldassi, el dirigente con mejor medición en las encuestas, pero que genera recelo hasta en el propio PRO.

Esa es la gran duda que hoy existe en Cambiemos, mientras a Unión por Córdoba la asusta el fantasma de Odebrecht.

HABRÁ QUE VER SI LA UCR SE ENCOLUMNA DETRÁS DE BALDASSI, QUIEN GENERA RECELO HASTA EN EL PRO. MIENTRAS, ODEBRECHT LE SIGUE DANDO PROBLEMAS AL PLAN ELECTORAL DEL PJ.

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