Malas noticias en la valija para un tenso viaje de regreso
Brasilia. Las decisiones de los gobiernos de Estados Unidos de suspender la compra de carne brasileña, y de Noruega, de reducir las inversiones ambientales en el gigante sudamericano, fueron otras dos malas noticias para el presidente Michel Temer, a quien en las próximas horas el fiscal general Rodrigo Janot podría denunciar penalmente por corrupción.
Temer enfrenta por segunda vez en su gestión, y en menos de tres meses, otro golpe comercial respecto de la exportación de carnes: ahora el Departamento de Agricultura de Estados Unidos suspendió las compras de carne bovina fresca por cuestiones sanitarias. Y como un búmeran de su gira por Rusia y Noruega en su intención de atraer inversiones y crear un ambiente de poscrisis, el Gobierno de Oslo anunció el recorte en sus aportes al Fondo Amazonia, a raíz de que Brasil aumentó la deforestación.
La visita de Temer a Moscú y a Oslo estuvo marcada por la agenda brasileña. Cuando llegó a Rusia, donde compartió un almuerzo Vladimir Putin, la oposición y tres senadores aliados que abandonaron el oficialismo permitieron una votación en comisión en contra del proyecto de reforma laboral.
Esta polémica iniciativa de flexibilización de condiciones de empleo es considerada vital por el establishment empresario brasileño y tiene la resistencia de todos los sindicatos, movimientos sociales y fuerzas políticas como el Partido de los Trabajadores (PT) y otras organizaciones de izquierda. La otra norma que está en el eje de una pulseada en el Congreso es la reforma previsional.
El ministro de Hacienda de Brasil, Henrique Meirelles, dijo ayer que las reformas avanzan en el Legislativo, pese al último revés.