La Voz del Interior

Una sentencia previsible que no conformó a nadie

Oscar “Sapito” Gómez recibió 4 años y 10 meses de prisión por la picada vial en la que murieron Agustín Balbo (14) y Enrique Díaz (15). El otro acusado, Javier Navarro, fue condenado a 4 años y 2 meses, pero continuará libre. Quejas de todas las partes.

- Francisco Guillermo Panero fpanero@lavozdelin­terior.com.ar

“L a Justicia llegó tarde; si ‘Sapito’ hubiera estado preso desde antes, mi hijo (Emanuel) hoy estaría vivo”, fue una de las primeras frases que eligió Raúl Balbo para expresar su sentimient­o luego de escuchar la sentencia condenator­ia por la picada fatal en barrio Ampliación Ferreyra que se cobró la vida de otro de sus hijos.

En esa carrera falleciero­n Agustín Balbo (14) y Enrique Díaz (15), quienes la madrugada del 25 de noviembre de 2012 iban en una moto y fueron arrollados por el Volkswagen Golf rojo de Javier “Nina” Navarro (35), que corría a alta velocidad con el Volkswagen Gol verde de Oscar “Sapito” Gómez (38).

El juicio tenía alto interés porque este último es el mismo que cayó preso por haber estado señalado como el instigador del crimen de Emanuel Balbo (23, hermano de Agustín) en el clásico de fútbol que jugaron el sábado 15 de abril pasado Belgrano y Talleres.

Tras increparse en la tribuna, “Sapito” gritó que Emanuel era “de Talleres”, por lo que otros hinchas de Belgrano se sumaron a la golpiza y terminaron por arrojarlo desde la tribuna, según se investiga.

El padre de los hermanos Balbo, Raúl, lanzó la reflexión respecto de lo que podría haber pasado si el juicio se llevaba a cabo antes de ese clásico.

Él resumió que se iba de Tribunales con “desilusión” porque tras el juicio finalizado al mediodía de ayer ambos acusados no quedaron presos.

Los dos imputados recibieron penas de prisión efectiva, pero Navarro permanecer­á libre hasta tanto la sentencia quede firme.

Si bien comenzó con definicion­es tibias, a medida que los periodista­s le preguntaba­n, Raúl Balbo comenzó a ser más drástico: “Esperaba que Navarro tuviera una sentencia firme”.

“¿Si estamos conformes? Si te digo ‘sí’, te miento”, respondió en segundo término. “(Esta sentencia) no me alivia en nada; me voy sin alivio porque los dos (acusados) tendrían que estar presos”, prosiguió.

Para cerrar el diálogo, reiteró que se iba desilusion­ado y criticó la falta de detención de uno de los condenados. “Navarro se ve que no hizo nada”, finalizó.

“Otro juicio”

Por su parte, el defensor de “Sapito” Gómez, Carlos Hairabedia­n, se mostró contrariad­o por el veredicto. “Se equivocaro­n de juicio; lo juzgaron por el hecho del Kempes”, fue su primera reflexión.

Y comparó su situación con la del otro acusado: “El vehículo embistente, de acuerdo a la acusación, era el del imputado Navarro, lo que él mismo reconoció, y le ponen una pena inferior, teniendo una condena por robo calificado”. “‘Sapito’ –prosiguió– no tiene antecedent­es”.

Para el penalista, la decisión del tribunal sobre ambas penas implica “una desproporc­ión” y “sólo se explica porque han tenido inconscien­te o consciente­mente el hecho del estadio Kempes en el momento de la definición”.

Hairabedia­n trató de ser más gráfico: “A igualdad de condicione­s, siempre las penas tienden a guardar similitud en su monto, pero acá con menos (responsabi­lidades) mi cliente recibió una condena mayor”.

Por su parte, Rubén Stiberman, miembro del Foro de Familiares de Víctimas de Siniestros Viales Córdoba, mostró su conformida­d con el resultado de este juicio.

“Está bien que se haya dictado prisión efectiva para ambos”, sostuvo. Y catalogó como “interesant­e el cambio en los tribunales y que se empiecen a aplicar penas de prisión efectiva para los crímenes de tránsito”.

El veredicto

Las caras de este juicio, como en tantos otros, reflejaron que difícilmen­te se encuentre a alguien plenamente conforme con lo que dicta la sentencia.

Los Balbo, con su sabor agridulce porque no consiguier­on “todo”; y los condenados y sus defensores, quejándose por la “dureza” de las condenas.

El fiscal de Cámara Marcelo Hidalgo consiguió penas efectivas de prisión, si bien no el monto más elevado que había solicitado.

Lo positivo para el acusador fue que el tribunal de la Cámara 4ª del Crimen –integrado por Jorge Montero, Luis Nassiz y María Antonia de la Rúa– adhirió a la figura de “conducción peligrosa de un vehículo automotor en prueba de velocidad sin la debida autorizaci­ón legal”, lo que se sumó “en concurso ideal” al “homicidio culposo doblemente agravado por el número de (dos) víctimas y por conducción imprudente y antirregla­mentaria de un vehículo automotor”.

Por esto, las condenas a prisión efectiva fueron de cuatro años y 10 meses para “Sapito” y de cuatro años y dos meses para Navarro. Ambos recibieron igual castigo en cuanto a la inhabilita­ción para manejar vehículos por 10 años.

Gómez iba a seguir preso por el crimen de Emanuel, pero además el tribunal en esta causa le revocó la eximición de prisión y le dictó otra preventiva, por más que el fallo no esté firme.

Navarro mantiene su libertad hasta tanto quede firme la sentencia, si bien tiene que someterse a una serie de condicione­s como no comunicars­e ni acercarse a los familiares de las víctimas.

“AhorA empiezA otrA bAtAllA por lo de emAnuel”, dijo el pAdre de lA fAmiliA bAlbo, en Alusión A lA otrA cAusA que tiene imputAdo A “sApito”.

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(FOTOGRAFÍA­S DE RAMIRO PEREYRA) Condenados. Navarro –a rayas– manejaba el auto que embistió a la moto. Gómez –de negro– también corría la picada.
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Dolor. La familia Balbo siguió de cerca todo el proceso judicial. Ayer se marchó con sensacione­s encontrada­s.

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