Noche amarga para Instituto, que dejó pasar una nueva oportunidad
La Gloria perdió 2-0 frente a Flandria de local, una nueva caída que conspira contra su pretensión de pelear por el segundo ascenso. El hincha se fue con bronca y desilusión.
Nadie puede cuestionarle el “aguante” bien entendido a la gente de Instituto, que hace más de 10 años que banca estar en la B Nacional. Con campañas muy buenas y otras no tanto. Pero con una paciencia de hierro.
Pero el hincha de Instituto no logra controlar su ilusión. Y si hay algo bueno que hizo este equipo de Claudio Demaría fue eso: ilusionarlo. Anoche, en Alta Córdoba, el hilito fino que aún queda entre este plantel y la esperanza de ir por ese anhelado segundo ascenso a Primera quedó al borde de cortarse. Entonces, fue normal y natural que el hincha, que sabe bien de desilusiones, se enojara.
Con la derrota ante Flandria por la fecha 40 de la B Nacional 2016-17 casi se terminó el campeonato para la Gloria. Los esfuerpuntos zos por agarrar la calculadora e imaginar un horizonte favorable ya prácticamente no existen, por más que la matemática aún otorgue alguna escasa oportunidad.
Y la explicación recae en lo futbolístico, de un equipo que alcanzó a lograr una buena cantidad de más allá de sus evidentes falencias a la hora del armado. Porque es muy difícil pelear por cosas importantes sin jugadores de peso en puestos clave de la cancha. Claro, se terminó recurriendo a los futbolistas que siempre aparecen de La Agustina para tapar esos “huecos”. Y las carencias se notaron a la hora de la verdad.
Instituto se armó para sumar muchos puntos y no tener problemas del descenso. Ese objetivo está casi logrado. Y aunque el equipo se acercó más al paladar del hincha de la mano de Demaría que con Iván Delfino, termina dejando un gusto amargo. Porque está a la vista de todos que era un campeonato para aprovechar, donde ninguno es mucho más que Instituto. Pero… dejó pasar muchos, demasiados, puntos. Flandria lo aprovechó
El Albirrojo venía de recibir un golpe de nocaut en Tandil ante Santamarina y salió a jugar tambaleando contra Flandria, uno de los mejores equipos en 2017.
El visitante fue muy inteligente para aprovechar todas esas dudas que tuvo Instituto y le terminó dando el golpe definitivo. Tan así fue la cosa que se fue ganando 2-0 al entretiempo (con goles de Bueno y Melivillo, la gran figura) y pudieron ser un par más.
En el complemento, ni la vergüenza deportiva le alcanzó para emparejar el partido al local, que hasta desperdició un penal (se lo atajaron a Rosales) y tuvo un hombre más durante 30 minutos.
Al equipo de Alta Córdoba le quedará por delante jugar aún el tramo final del certamen y seguro logre sumar unos cuantos puntos más. Superar las 60 unidades habla de una campaña aceptable.
Pero el problema fue que Instituto ilusionó a sus hinchas y se ilusionó a sí mismo con que, quizá, con suerte, este podría ser el año. Por eso la bronca y la rabia. Porque se quedó a la mitad entre lo que prometía y lo que pudo ser.