Una muestra más de fracaso político
LO QUE DEBERÍA HABER SIDO UNA MEJORA EN LA PARTICIPACIÓN Y UN AVANCE DE CALIDAD PARA LOS PARTIDOS SE TRANSFORMÓ EN UN TRÁMITE COSTOSO.
Como si estuviésemos en un gigantesco campo magnético que a través de una fuerza invisible transforma la orientación de los objetos, Argentina sufre desde hace mucho el hecho de que experiencias que son exitosas en otros países fracasan aquí con estrépito.
La inclusión en el sistema electoral de un mecanismo para democratizar la selección de los candidatos no debería haber traído aparejada otra cosa que más calidad institucional.
Que el Estado obligase a todas las fuerzas a definir sus postulantes en primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso) surgía como un avance para democratizar y horizontalizar partidos y alianzas, en tiempos de la sonada reforma política para salir de aquella eclosión de 2001/2002 que se había llevado puesta la representación de los partidos.
El ciudadano tenía, así, una doble instancia de participación: decidía, primero, qué candidato le gustaba más de los que ofrecía la agrupación a la que quería votar y, después, sufragaba por esa fuerza en la elección general.
Lo que funciona en otras democracias, en Argentina no.
Nuestro Primer plano está dedicado a reflejar cómo han sido muy escasas las veces que los partidos, en especial los que tienen chances reales de poder o de ocupar bancas, sometieron a la consideración ciudadana más de una lista.
La paradoja es tal que las Paso fueron instauradas como una iniciativa impulsada por Néstor Kirchner, y, pese a ello, el kirchnerismo sigue virgen en el empleo de esa herramienta de selección de candidatos.
Los que la usaron para una elección presidencial, como Cambiemos en la pasada votación, no lo hicieron para permitir la participación ciudadana en una disputa competitiva, sino para formalizar la candidatura de Mauricio Macri por un frente recién creado.
Semejantes niveles de especulación transformaron a las Paso en un costoso trámite y en una muestra más de nuestro fracaso político e institucional.