Unidos por el altar y la pantalla
Los vínculos de las parejas que también comparten escenarios.
Rocío Guirao Díaz ya va por la segunda ronda de “Bailando por un sueño”, dato que no sorprende demasiado porque en anteriores ediciones del certamen la modelo rosarina ha llegado demasiado lejos. Pero por entonces tuvo a bailarines profesionales ayudándola a rendir al máximo. Ahora, en cambio, es ella la que debe optimizar las (hasta hace poco tiempo atrás) nulas capacidades coreográficas de su marido, el empresario Nicolás Paladini (rosarino como ella), quien aceptó participar luego de un duro trabajo de “picaseso”.
Al menos eso confesó en la primera gala, cuando el jurado eva- luaba la ronda “disco”. “Pero también me convencieron otras cosas, como cambiar la rutina, exponerse a otro tipo de trabajo”, añadió Paladini tras ser interrogado por Ángel De Brito.
Este alto nivel de complicidad entre cónyuges subió estos últimos días, cuando “Bailando por un sueño” ofreció “cumbia pop” y la entrega del Martín Fierro puso en evidencia la cantidad de matri- monios en situación similar a la de Rocío y Nicolás.
Nancy Dupláa y Pablo Echarri bancaron muy unidos a La Leona, la ficción por la que apostaron fuerte en 2016 y que les permitió sentar su posición ideológico-política; Mariana Fabbiani compartió tablas con su marido, el productor Mariano Chihade, al recibir el premio a mejor magazine por El
diario de Mariana, el programa vespertino en el que trabajan juntos; y Pamela David las vio pasar a todas las ganadoras siempre contenida por su compañero Daniel Vila, propietario de América TV.
También se desató una espiral de emociones mezcladas al manifestarse como pocas veces el carácter endogámico del mundo del espectáculo. Tal cual, vimos cómo Sebastián Ortega tiraba dardos por elevación su ex, la actriz Gui- llermina Valdés, hoy en pareja con Marcelo Tinelli; y a Adrián Suar, surfear la soltería mientras Griselda Sicialini y Araceli González, las madres de sus hijos, deambulaban por allí irradiando sus respectivos brillos.
Estas parejas, que desafían la idea de que la monogamia es una pauta cultural que necesita aire, se suman a otras contemporáneas y en actividad permanente como las de Nicolás Vázquez-Gimena Accardi y Sergio Rotman-Mimi Maura.
Con sus particularidades, ya que se trata de una pareja divorciada formalmente, podríamos sumar a la tendencia al tándem Juana Delseri-Carlos “Mona” Jiménez. Y, por qué no, a la humorista Fátima Flórez con su mánager-esposo.