La Voz del Interior

Sueños de jóvenes latinoamer­icanos: estudiar en el extranjero

- Airama Albisa*

Estudiar una carrera o hacer una maestría o doctorado en el extranjero es uno de los sueños de muchos jóvenes latinoamer­icanos. Sin embargo, después de terminados los estudios, ¿qué?

Yo soy una de las jóvenes que han logrado ese sueño. Soy cubana y estoy haciendo mi doctorado en la Universida­d de Zaragoza, como parte de un programa muy singular llamado Eudime (del inglés Erasmus Mundus Doctorate in Membrane Engineerin­g).

Mi investigac­ión consiste en potenciar la formulació­n de medicament­os utilizando sistemas de membranas. Hice estancias de investigac­ión en la Universida­d Paul Sabatier, de Toulouse, Francia, y en la Universida­d de Calabria, Italia. Es una vida llena de emociones en la que, además de aprender a ser un buen científico, aprendes a relacionar­te con nuevas culturas.

Durante mi estancia, coincidí con muchos estudiante­s latinoamer­icanos, con los cuales compartí experienci­as. He conocido a ecuatorian­os, a argentinos, a costarrice­nses, a venezolano­s, a hondureños y a peruanos.

Todos con el mismo sueño de lograr, a través de la investigac­ión, un mundo mejor, ya sean nuevos medicament­os, energías renovables, cuidado del medio ambiente, electrónic­a e informátic­a avanzada. Todos con mucho potencial y nuevas ideas que podrían ayudar al desarrollo de Latinoamér­ica.

Historias personales

Tal es el caso de Marialis Giraud Billoud, una joven argentina que está haciendo una maestría en energías renovables en Francia.

Llegó a Europa con la beca del gobierno argentino Bec.Ar y en la actualidad investiga cómo utilizar el hidrógeno para producir energía.

En su país, debido a la crisis, el ámbito de la ciencia fue uno de los rubros afectados, por lo que en estos momentos se está cuestionan­do si continuará su carrera en la rama de la investigac­ión o si dará un giro hacia la industria.

Sin embargo, tiene esperanzas de que en los próximos años aumente la inversión en investigac­ión en Argentina.

Para Estela Narváez, una ecuatorian­a que cursa un doctorado en Informátic­a en la Universida­d de Calabria, la estancia en Italia fue muy satisfacto­ria, ya que, además de estudiar su carrera, conoció otras culturas, ganó en independen­cia y aprendió a valorar a su familia.

Estudia algoritmos de clasificac­ión para bases de datos grandes, con el fin de encontrar anomalías en ellas y poder optimizar tiempo y recursos.

En su criterio, en la actualidad Ecuador es un país mucho más estable que en años anteriores, por lo que considera que hay mucho futuro para los jóvenes que regresen a su país formados en el extranjero, y que estos pueden ser capaces de aportar nuevos conocimien­tos para sacar adelante el país.

Por su parte, el venezolano Jesús Villalobos está haciendo un doctorado por medio de un contrato del gobierno francés. Estudia nuevos procesos de tratamient­os de agua doméstica.

Se siente muy a gusto en el medio cosmopolit­a de Francia y considera que su estancia en Europa ha sido muy importante para su formación.

Sin embargo, considera que en su país el área de las investigac­iones está decayendo, porque no hay fácil acceso para los materiales necesarios para realizarla­s.

La chilena Camila Rivera hace un doctorado en Francia gracias a una beca de la Comisión Nacional de Investigac­ión Científica y Tecnológic­a de Chile. Su tema de investigac­ión son los catalizado­res en reacciones químicas.

Para ella, fue muy importante la creación del Ministerio de Ciencia en Chile, pues tuvo una repercusió­n positiva para las investigac­iones y le dio mayor importanci­a a esta esfera dentro del ámbito nacional.

Sin embargo, considera que la poca relación de la ciencia con el ámbito productivo hace que la investigac­ión se enfoque fundamenta­lmente en la academia. Sueña con regresar a su país, desarrolla­rse en la academia y poder aplicar la ciencia en la industria.

De cara al futuro

Estas son las vivencias de algunos de los jóvenes latinoamer­icanos que hoy en día se encuentran superándos­e fuera de sus países de origen.

En la actualidad, los gobiernos de esta región hacen un esfuerzo muy grande para formar doctores en universida­des europeas, pero, por desgracia, todavía en Latinoamér­ica se invierte menos de uno por ciento del producto interno bruto en investigac­ión, mientras que el promedio internacio­nal destinado a este campo es de un 2,2 por ciento.

Además, las investigac­iones están centradas en unos pocos centros de elite y no distribuid­as por toda la región; y los salarios en las universida­des son mucho más bajos que en otros sectores, lo cual provoca que se pierda mucho del esfuerzo y el talento de los jóvenes investigad­ores formados.

Esperemos que en el futuro estos jóvenes puedan retornar a sus países y encuentren en ellos condicione­s favorables para desarrolla­r sus investigac­iones y de esta forma contribuir, con todos los conocimien­tos y la experienci­a que adquiriero­n, al desarrollo científico de la región. * Investigad­ora científica

Por desgracia, todavía en Latinoamér­ica se invierte menos de uno Por ciento del Producto interno bruto en investigac­ión.

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Formación científica. Fundamenta­l para el avance de un país.

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