La Voz del Interior

Un cordobés abrió la primera librería en español en China

- Télam y Especial

“Mil gotas” es el nombre de la primera librería en China dedicada a libros hispanoame­ricanos. Abrió el pasado domingo sus puertas en Beijing y un cordobés es el “culpable”. El escritor, editor y librero Guillermo Bravo, nacido en la localidad de Pilar, es el protagonis­ta de este singular emprendimi­ento.

La librería suma los clásicos infaltable­s de la literatura latinoamer­icana y española, con un catálogo que incluye a los nuevos nombres y en los que no faltan, obviamente, una amplia variedad de autores argentinos. “Mil gotas” surgió como homenaje al libro con ese título del argentino César Aira.

Hace cuatro años que Bravo, de 35, vive en la capital china. Su librería ocupa el cuarto piso de la sede central del Instituto Cervantes. Cientos de autores en español, y varios ya traducidos al chino, conviven allí en sus nutridos estantes. Desde los clásicos de Cervantes, Lorca, Neruda, García Márquez y Borges, hasta las biografías de Messi o Carlitos Tevez pueden hallarse, junto a los textos de la nueva camada de autores en lengua española.

“Es un catálogo con los clásicos y con lo que es boom, más los gustos que nos damos, con libros muy raros de tener en una librería china; traeremos cada vez más, además a las editoriale­s les interesa mucho colaborar con este país, los atrae”, señaló Bravo, quien es también profesor de Letras en una universida­d de Beijing.

Como escritor, es autor de varios libros y ha sido editor en Francia y China. Entre las obras que editó en Beijing está el primer Martín Fierro traducido al mandarín. Además, está armando ahora la edición de textos breves de autores de habla hispana que viven en el gigante asiático.

Su editorial no es el único sello que mira a escritores hispanoame­ricanos –están las locales Shangai99 e Imagist– pero sí es el único dirigido por un argentino, dedicado a difundir autores, idioma y cultura en China.

Antes de llegar a China, y luego de dejar Argentina, Bravo vivió y trabajó en Francia.

“Me pareció que había una necesidad de libros en español, abrimos una librería en Internet y nos sorprendió. No sé cómo se enteraba la gente. En China, la gente compra todo online, y de repente nos pedían libros de Dani Umpi en la ciudad de Guanzhou o poemas uruguayos en Shenzhen, al sur de Cantón. Vimos que se vendía”, contó Bravo. Luego vino un acuerdo con el Instituto Cervantes para el espacio físico y la idea de una librería tomó cuerpo.

En China, el idioma español tiene cada vez más interesado­s. En Beijing se enseña en 13 escuelas privadas y en seis universida­des. Este año se registraro­n unos 12 mil alumnos en Filología Hispánica en 60 casas de altos estudios. El Instituto Cervantes funciona como un faro de esta lengua, ofreciendo cursos y eventos.

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