Luis Pescetti, con mucho para decir y cantar
El artista santafesino no descansa. Tiene nuevo disco, nuevo libro y varios proyectos. La presentación de “Queridos”, el nuevo discoespectáculo, tendrá una fecha en Córdoba
Luis Pescetti tiene una agenda agitada, porque nunca se queda quieto y siempre tiene cosas para decir y para cantar. Por ejemplo, ahora acaba de editar el disco
Queridos y el libro Magia todo el día, con poemas como canciones para niños pequeños, inspirados en el estilo de canciones tradicionales piamontesas e irlandesas, campesinas. Y también está trabajando en la edición final de un libro sobre El juego, según contó en una entrevista con la agencia Télam.
Justamente, esta semana, el autor de Bocasucia, Qué público de porquería, Inútil insistir, Tengo mal comportamiento o Él empezó primero, espectáculos todos que son para los chicos y disfrutan también los grandes, ya empezó con la presentación en sociedad de Queridos, y, según anticipó en la agenda, tiene una gira que lo paseará por México, casi su segunda casa, y por distintos puntos del país, incluyendo una parada cordobesa.
En Queridos, Pescetti, desde la guitarra y la voz, está acompañado por Martín Telechanski (guitarra), por Gabriel Spiller (batería y percusión), por Diego Pojomovsky (bajo) y por Martín Rur (clarinete y saxo).
“Queridos nació como todos los discos míos, que son grabaciones en vivo de shows. Voy componiendo temas nuevos, mientras rola un show. Ahí los mecho y pruebo. Hasta que son “tantos” que ya es un show nuevo, y empiezo a hacer al revés: armo un show de temas nuevos, en el que mecho temas ya muy conocidos por el público”, explica.
“Listo, conté mi receta secreta”, se ríe.
De todos modos, aunque tenga una fórmula probada, Pescetti se preocupa mucho por no repetirse y por no automatizar lo que es ya una marca registrada. “Lo que pasa es que cierto estilo, luego de tantos años, hay que cuidarlo que no se convierta en una fotocopia, eso sería patético”, dice.
“Los recitales en vivo exigen repetición, como la comida casera de la madre. La novedad es de mal gusto y mal recibida. Y hay que hacer un equilibrio muy delicado entre lo nuevo y lo que se debe repetir”, apunta.
Con más de 30 años de trayectoria, Pescetti es un testigo directo (y protagonista también) de los cambios que experimentó el entretenimiento y el consumo cultural de los chicos, pero no se asusta: “Ahora hay una narrativa más compleja a edades más tempranas. Y eso desarrolló otras capacidades y expectativas lectoras”.