El proyecto “antivacunas” no logró inyectar ni una adhesión
Sociedades científicas, expertos y autoridades sanitarias manifestaron su oposición total a la iniciativa de una legisladora. Advierten de que vulnerar una de las estrategias sanitarias más eficaces implica un retroceso que acarrearía serias consecuencias
gias de Atención y Salud, calificó al proyecto como “descabellado”, y aseguró que “en ningún momento se consultó o se pidió asesoramiento” a la cartera sanitaria.
También sostuvo que el ministerio mantendrá “su conducta provacuna”, al tiempo que destacó que Argentina es uno de los tres países que tienen uno de los calendarios de inmunización más completos, con 19 vacunas.
No obstante, en declaraciones a la prensa Urroz –que integra la Comisión de Salud de la Cámara Baja– aseguró que, antes de presentar el proyecto, habló con el ministro Jorge Lemus. “Y no se opuso a que se ponga en debate el tema”, dijo la legisladora. Rechazo en Córdoba En Córdoba, la coordinadora de Inmunizaciones del Ministerio de Salud de la Provincia, Sandra Belfiore, manifestó el rechazo absoluto a la iniciativa. “No tiene ningún respaldo científico ni argumento que justifique dejar librada la vacunación a la decisión individual”, afirmó, al tiempo que enfatizó que las vacunas que se aplican en el país son seguras y eficaces y cuentan con la certificación de OPS y OMS, además del ente regulatorio del país, Anmat.
“El beneficio de vacunarse es infinitamente mayor al riesgo de efectos adversos, que son muy infrecuentes, y que cuando ocurren en más del 90 por ciento de los casos son leves, como fiebre o dolor”, explicó. Y enfatizó que el beneficio es para toda la comunidad, porque al inmunizarse un al- to número de personas se limita o incluso interrumpe la circulación de virus y bacterias. “Pero si se incrementa la cantidad de no vacunados, esa barrera se rompe y aumenta el riesgo de transmisión de las enfermedades, incluso de las ya erradicadas”, advirtió.
“No vacunar a nuestros hijos por algún posible efecto adverso de una vacuna es un acto irresponsable, ya que no sólo ponemos en riesgo la vida de nuestros hijos, sino también la de la comunidad entera”, señaló Julio Cohen, director del hospital Rawson.
La infectóloga pediatra Ana Ceballos alertó: “Pedir un consentimiento informado es una traba a la accesibilidad de un bien social, e induciría un rechazo a inmunizar a los niños, poniéndolos en peligro de infecciones ya eliminadas o en vías de eliminación”.