Las sospechas detrás de un robo tan silencioso como efectivo
Los investigadores sostienen que aún no se conoce el real alcance de la maniobra delictiva de un grupo de brasileños en Córdoba. Hay siete acusados de clonar tarjetas de débito para vaciar las cuentas de las víctimas. Se presume que habían actuado en otra
Hay siete detenidos, se secuestraron 100 mil pesos en efectivo y todos los medios electrónicos para robar los códigos magnéticos y clonar las tarjetas de débito.
Sin embargo, la investigación contra la banda de brasileños acusada de skimming, lejos de haber concluido, recién está por comenzar.
Es que, hasta ahora, nadie se anima a aventurar la magnitud de la acción delictiva de este grupo de sospechosos, que hace una semana está alojado en la cárcel de Bouwer, según lo dispuso la fiscal de Distrito 1 Turno 2 de la ciudad de Córdoba, Milagros Gorgas.
Luego de las primeras investigaciones y de los resultados positivos de los operativos, la fiscal resolvió solicitarle a la Fiscalía General de la Provincia que el caso sea girado a la Fiscalía especializada en Delitos Complejos.
Gorgas entiende que se estaría frente a una organización que puede haber cometido muchos más casos de los que se presume hasta ahora.
El desbaratamiento de esta banda, que fue adelantado por La Voz el domingo pasado, tuvo lugar en un departamento de Nueva Córdoba, en la capital provincial.
Allí, siete personas oriundas de San Pablo (Brasil) fueron detenidas por los investigadores de la división Delitos Económicos de la Policía de Córdoba.
Están imputados de los delitos de defraudación y uso de elementos para falsificar.
El skimming consiste en colocar falsas boquillas con un scanner en la ranura en la que se insertan las tarjetas en los cajeros automáticos, para lograr copiar los datos de las bandas magnéticas.
Por lo general, se pone en las puertas de ingreso, a las que se falsean para que se puedan abrir de manera automática. Así, los clientes pasan la tarjeta y empujan la puerta, sin advertir que, en realidad, el lector no leyó el plástico.
Al mismo tiempo, los delincuentes colocan una pequeña cámara filmadora camuflada en la parte superior de los cajeros, para captar las contraseñas de las víctimas.
Según la causa, una vez que el cliente culminaba la operatoria en el cajero y se retiraba, los brasileños ingresaban en la cabina, retiraban la falsa ranura y la cámara, y en minutos bajaban en una computadora todos los datos necesarios para generar ellos mismos una tarjeta de débito clonada.
De inmediato, iban a un cajero y comenzaban a vaciar la cuenta corriente o de ahorro de la víctima, que se daba cuenta de lo ocurrido cuando iba a utilizar de nuevo la tarjeta de débito.
Recién cuando se daban cuenta de que no tenían más dinero en sus cuentas, los damnificados iban a quejarse a su sucursal bancaria.
Era en ese momento que cada firma comenzaba una investigación interna, hasta descubrir la maniobra.
Esto significa que los delincuentes tuvieron varios días de ventaja hasta que alguien determinó un patrón en común en estos robos.
Así, el pasado 20 de junio los representantes legales de banco fueron hasta la Justicia y radicaron la denuncia correspondiente: se había detectado la misma modalidad delictiva en cajeros automáticos en el Centro, en Nueva Córdoba, en la zona de la avenida Sabattini y en la Recta Martinoli, según advirtieron fuentes con acceso a la investigación.
La denuncia fue girada a los detectives de Delitos Económicos, que con las órdenes de la fiscal Gorgas comenzaron a investigar en las cámaras de seguridad para intentar determinar quiénes eran los sospechosos.
Operativo Ocho días después, el viernes pasado, los agentes llegaron hasta el departamento de Nueva Córdoba donde se toparon con la banda y don todos los elementos necesarios para realizar este robo de datos.
A esa altura, los investigadores ya sabían que en los meses anteriores hubo una inusual seguidilla de casos similares en Salta y en Catamarca, por lo que se presume que los ahora detenidos habían ingresado por el norte del país e iban viajando cometiendo esta clase de golpes.
Incluso, se detectó que un día antes del allanamiento habían girado a Brasil 800 mil pesos.
“Una fortuna han ido mandando”, aseguró una fuente.
¿Cuántas son realmente las víctimas en Córdoba? ¿Desde cuándo cometían estos robos? Las respuestas permitirán revelar la magnitud de una banda que, sin armas, amenazas ni violencia física, iba hurtando en silencio información electrónica y billetes frescos.
La denuncia indica que hubo casos en diferentes puntos de córdoba.