El avistaje de aves comienza a tomar vuelo en Córdoba
Casi inexistente hasta décadas atrás, es una actividad que suma interesados. Se multiplican guías, libros y aficionados. Son muchos los que quieren conocer más de los pájaros con las que cohabitan a través de cámaras y largavistas. Tiene potencial turísti
En varias regiones de Córdoba se va transformando además en un nuevo servicio turístico, asociado a las nuevas tendencias más ligadas a la observación y protección de la naturaleza. El fenómeno se ve también en la multiplicación de libros editados de autores cordobeses, con buen suceso de ventas, sobre las aves de esta provincia.
Según el Ministerio de Turismo de la Nación, cada año llegan al país unos 50 mil extranjeros atraídos por la diversidad de especies de pájaros de distintas regiones.
A pesar de que Córdoba conserva unas 500 especies de aves –más de la mitad de las que existen en el país– aún no logra posicionarse como destino destacado de este tipo de turismo. La excepción es la laguna Mar Chiquita, reconocida mundialmente como “sitio Ramsar” para la protección de aves, por su especial riqueza.
Sin embargo, con los propios vecinos de cada zona interesados en conocer más de los pájaros que habitan su mismo paisaje, las salidas de avistajes crecen también en varias regiones cordobesas. Una experiencia Días atrás, este diario acompañó una jornada de observación en la reserva municipal Los Manantiales, de Río Ceballos, de la que participaron 140 personas. “Es la mayor convocatoria registrada en el país”, se asombró Guillermo Galliano, fotógrafo de aves, autor de libros en la materia y creador de la fundación Mil Aves.
“Se fueron cayeron preconceptos elitistas, y hoy la observación la puede hacer cualquier persona,