Trump y Rusia
Delatado por una investigación periodística, el hijo mayor del presidente de EE.UU. aceptó que se reunió con una “lobbista” rusa. El escándalo por las interferencias del Kremlin en las elecciones acosa a la Casa Blanca.
Donald Trump, Jr., el hijo mayor del presidente estadounidense, debió admitir que se reunió con una lobbista rusa tras ser delatado por una investigación periodística. El Rusiagate vuelve a poner a la Casa Blanca contra las cuerdas.
La trama rusa golpea otra vez al presidente de Estados Unidos. La reunión mantenida por su hijo mayor, Donald Trump Jr, con una abogada rusa que prometía información dañina contra Hillary Clinton da nuevos impulsos a la hipótesis de una colusión entre el equipo electoral republicano y el Kremlin.
Del encuentro participaron el yerno del magnate, Jared Kushner, y el entonces jefe de campaña, Paul Manafort. El lugar elegido fue la Torre Trump, símbolo del imperio familiar y punto neurálgico de operaciones electorales.
La abogada, Natalia Veselnitskaya, estaba supuestamente relacionada con el Kremlin; pero, en rigor de verdad, nadie lo demostró. En Nueva York, ella se presenta como una lobbista que defiende los intereses rusos perjudicados por Estados Unidos (sanciones comerciales por Crimea). En el pasado, las agencias de inteligencia investigaron sus actividades.
El hijo de Trump asegura haberla contactado a través de un agente musical, Rob Goldstone, a quien conoció en la celebración en 2013 de un concurso de Miss Universo que organizó su padre en Moscú. Goldstone representa al cantante pop Emin Agaralov, cuya familia mantiene estrechos contactos con el Kremlin. Su padre, el constructor Aras Agalarov, patrocinador del concurso, es cercano a Vladimir Putin, quien lo galardonó con la orden de honor de la Federación Rusa.
Emin Agaralov, a través de su agente musical, hizo saber a Trump Jr. que una abogada iba a darle “información de qué personas vinculadas con Rusia estaban financiando al Comité Nacional Demócrata y apoyando a Hillary Clinton”. La reunión fue acordada para el 9 de junio de 2016. La expectativa era alta, pero pronto Trump Jr. se decepcionó: “Sus declaraciones eran vagas, ambiguas y no tenían sentido. No ofreció ningún detalle o información. Rápidamente quedó claro que carecía de datos de interés”.
Pese a esa falta de concreción, la cita siguió y la abogada giró su interés hacia los rusos sancionados por Washington. “Me quedó claro que esa era su verdadera agenda y que la oferta de información potencialmente útil no era más que un pretexto para la reunión”, afirmó el hijo del presidente.
Veselnitskaya negó tener trato con el Kremlin e insistió en que, durante la cita celebrada dos semanas después del nombramiento como candidato de Trump, no se discutió ningún tema electoral.
Obsesión con Rusia
El encuentro revela el inusitado interés del clan Trump por obtener información contra Clinton y su proximidad a la órbita rusa. Manafort, el jefe de campaña presente en la reunión, es conocido por sus fuertes lazos con Moscú, y tuvo que dimitir por sus oscuros intereses en Ucrania.
Kushner mantuvo frecuentes y poco aclarados contactos con el embajador ruso en Washington, Sergei Kislyak, epicentro de la trama, a quien llegó a pedir un canal de comunicación secreto con Vladimir Putin.
Ahora, a esta lista se ha añadido ahora el hijo mayor de Trump. Un hombre clave en el esquema familiar y quien, junto con su hermano Eric, es el que maneja la fortuna.