El juego de los parecidos no genera atención
Interviene otro de los jefes municipales, afiliado al radicalismo, que dice que él no tiene encuestas, pero, cuando camina por su pueblo, la gente le comenta: “No sé bien lo de esta elección, porque Schiaretti es amigo de Macri; así que no sé bien qué diferencia hay entre los peronistas y ustedes”.
Es un reflejo claro de un par de cosas: Unión por Córdoba y Cambiemos se disputan en esta provincia la misma clientela, y en la campaña cordobesa no hay prácticamente nada en juego.
Todavía pierde más envergadura si se la compara con la de la provincia de Buenos Aires, donde unos puntos más o menos pueden implicar gobernar con menos sobresaltos o con extrema dificultad, y para otros oscilar entre la libertad y el regreso al poder.
Por estas características que dan contexto al proceso electoral, una de las pocas oportunidades de diseñar algún grado de escena- rio de enfrentamiento en Córdoba entre los oficialistas nacionales y los oficialistas provinciales es que salgan a jugar de nuevo fuerte el Presidente y el gobernador.
Lo planteábamos hace una semana: Macri y Schiaretti necesitan, en función de criterios electorales, protagonizar discusiones como las de los impuestos o el aporte de obras, para forzar una polarización.
Pero el tema es cuánta dedicación le dará el Presidente a Córdoba. Esta semana quedó claro que todos sus actos se centran en la provincia de Buenos Aires. Todos los días encabezó algún evento en el conurbano, en especial en las zonas de mayor debilidad de Cambiemos.
Macri necesita ganar Córdoba, obviamente. Es el distrito que le permitió estar en el lugar en el que está. Pero muchísimo más necesita imponerse sobre Cristina Fernández. Con lo cual, habrá que ver cuántas veces más vuelve el jefe del Estado a reprocharle al gobernador por las obras que financia, por los aportes que le restableció desde la Nación o por los impuestos que cobra.
Por lo tanto, los cordobeses veremos un partido de mitad de tabla, cuando en otros lados se disputa una final de campeonato. El parecido con el fútbol es asombroso.
Lo que sorprende en este contexto