Aseguran que trae beneficios para padres, hijos y mujeres
Extender las licencias por paternidad tiene varios efectos positivos: ayuda a conciliar vida productiva y reproductiva, y contribuye a la equidad de género y al desarrollo infantil. “La paternidad presente y responsable mejora el desarrollo de la estructura psíquica y emocional de los hijos e hijas. Algunos estudios enfatizan en la importancia que tiene un segundo cuidador, independientemente del género”, dice Gala Díaz Langou, del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec). En cuanto a la equidad de género, asegura que la extensión ayuda a revertir la discriminación en el mercado laboral al equiparar los costos laborales asociados al cuidado, al promover la autonomía de las mujeres y al distribuir de manera más equitativa las tareas al interior del hogar.
Carolina Villanueva, de la consultora Grow, sostiene que las licencias extendidas, y especialmente las licencias parentales o familiares, también tienen impacto en el hecho de que las mujeres puedan ocupar puestos de decisión.
Además, son valoradas por los empleados. “Habla de un reconocimiento que les ha sido negado toda la vida, que en general los hombres lo han estado asumiendo pero pidiendo días de vacaciones”, apunta.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) también ha planteado que hay una relación entre licencias por paternidad, desarrollo infantil y participación de los varones en las responsabilidades familiares.
“Los padres que hacen uso de la licencia, en especial los que toman dos semanas o más inmediatamente después del parto, tienen más probabilidades de interactuar con sus hijos/as pequeños”, dice un informe del organismo, que cita estudios sobre el tema.
También Unicef se expresó a favor de ampliar las licencias por maternidad y paternidad y avanzar hacia licencias familiares.
Hugo Huberman, psicólogo social y miembro de la Red Argentina de Masculinidades por la Equidad, dice que extender las licencias de paternidad implica cambiar las reglas de juego en beneficio de todos.
“Es probable, sin certezas pero con mayores posibilidades, que los hombres se contacten más con sus hijos e hijas”, considera.
Agrega que “esta es una puerta abierta a crianzas conjuntas, a romper la desigualdad real del tiempo completo maternal, y traerá de la mano un reparto más igualitario de tareas de cuidados”.